¿Qué hace a un hombre desnudarse en unas páginas? No
sabría decirlo con exactitud, pero sí que puedo asegurar que en mi caso me he
sentido un hombre nuevo. El por qué de la catarsis pertenece al universo de la poesía. Es allí
donde se despliega la magia que contienen las palabras, que brotan desde el
interior como una erupción para decir de cosas que normalmente no se dicen. He
dejado libre a la expresión convertirse en emoción y han ido fluyendo los
versos como una redención; con palabras que no tienen dictado he tejido mi
tabla de salvación y he traspasado los límites del amor para intentar
entenderlos. Como dice en su prólogo el admirado Ortiz Osés, se proyecta en el
propio amor como trans-amor. A lo largo de 52 poemas de ultra-amor me desnudo
ante la luna con el rito intacto y pongo en papel lo que me inunda, trasciende.
Exijo, como dice Encarnación Ferré en su epílogo, que me asalten pasiones que
anonaden. Asombrosa conjunción de planetas, los lenguajes se revisten con
hálito amoroso y es a Ella a la que hablo desde la imprecisa línea azul de la
cordura.
En el lumpen existencial de los poetas no se puede
dejar de hablar de amor. Son tantos los amores como poetas cuentan de los suyos
a pesar de todo, y bullen los amores como bulle la vida, a borbotones, incluso
más allá de la propia poesía, aunque bien pensado, la vida es en sí misma,
poesía.