jueves, 29 de septiembre de 2011

AL NORTE DEL CIRCULO POLAR ARTICO.-FIMMARK, LAPONIA NORUEGA

Desde nuestro Sur, la evocación del Circulo Polar Ártico es capaz de  transportarnos a mundos en los que la inmensidad no cabe en el pensamiento. Pequeñez es un término que no tiene sentido, ni siquiera al hablar de la propia, que no rehúsa entrar en el paisaje para fundirse con mar y tierra.

Cuando se llega al Cabo Norte y sobre el promontorio donde acaba la tierra de nuestro continente, la presencia del sol de medianoche recuerda que tras las islas de Svalbard, al norte, las olas que ilumina acaban en el Polo. Estamos en Noruega, Nordkapp.




A través de Finnmark, la provincia noruega del norte, Alta descubre su tesoro milenario de 4.200 años A.C. El yacimiento rupestre más numeroso del mundo: las pinturas rupestres de Hjemmeluft, patrimonio  cultural de la humanidad. Situado frente al fiordo Altafjorden, asoman  los mensajes de más de 5000 petroglifos que fueron descubiertos en 1972. Son el testimonio de una cultura de un pueblo de cazadores y pastores de renos de los que se desconoce el origen.

                                                



                                                                     


En el corazón de la Laponia noruega viven los samis, el pueblo aborigen noruego que tienen su propio idioma y cultura. Cuentan con arraigadas tradiciones de pesca, caza y ganadería.
Aunque están plenamente inmersos en la sociedad del país noruego mantienen sus instituciones propias como el Parlamento. La actividad principal es el pastoreo de renos, con los que los vehículos se encuentran en la carretera de Karasjok. Esta ciudad es la capital de la cultura Sami, a sólo 18km de la frontera finlandesa, tras la que se extiende la Laponia finesa.



                                                          

                     

Kautokeino, al igual que Kjarasjok, son las ciudades donde mejor se guardan la cultura y tradiciones de esta etnia. No en vano el 90% de la población usa su lengua materna. El nombre en sami de esta población es Guovdageaidu.



La Juhls Silvergallery, en Kautokeino, es la principal joyeria de Fimmark donde el matrimonio Frank y Regine Juhls practican la moderna joyeria en plata basada en la tradicional, en un moderno marco en el que se puede encontrar creaciones espléndidas así como artesanía local.

                            

                                                   

                                                                                
                                                                                
            

Ya por territorio de Finlandia encontraremos las poblaciones de Encotekiö y Karesuando, en mitad de la tundra, antes de volver a cruzar la frontera  noruega por Skibotn. La provincia es otra, estamos en Troms, donde los Alpes de Lyng observan desde los más de mil metros de sus montañas la aurora boreal con la que todos hemos soñado alguna vez

                         


texto E.Mateo
fotos Lorena Mateo

lunes, 26 de septiembre de 2011

NUEVA EXPOSICIÓN DE HORACIO J. GULIAS VIDAL


Mi buen amigo Horacio, pintor abstracto y exacto, presenta una nueva muestra de sus creaciones inmersas de lleno en la abstracción geométrica, de la que es uno de los mejores representantes en el panorama artístico nacional. Esta vez es en el Hotel Boston, desde el día 1  de Octubre. Es una buena manera de admirar como la línea recta puede ser gozosamente estética porque lo sencillo es lo más difícil de plasmar.

Adelante maestro!

EL AVESTRUZ ( LLEVENLE PUESTO)

El avestruz.

Los síntomas de hartazgo y naúsea que desde hace tiempo me reconcomen han generado espontáneamente una decisión por la que quiero buscar un animal en el que mutar o al menos que me sirva de pauta de actuación. Pero la elección cabal de tal extravagante impulso no tiene nada de sencilla porque cada especie animal, a la vez que sus características, no debe requerir el mismo antropomorfismo. Al fin y al cabo sólo estoy interesado en aquel que sepa aplicar a su rutina el alejamiento de cosas y causas.

Alejarse es renunciar a la presencia. La no presencia exime de la decisión, incluso de la participación y no siendo actor o espectador involuntario de los hechos, convertido simplemente en observador desde la distancia, aunque sea la que media entre un deseo y un logro, acaba por ser la excusa perfecta con la que justificar la impotencia de probar el amargo sabor que tiene ser comparsa en los acontecimientos que nos zarandean, como a guiñapos, a merced de situaciones que son obligadas a vivirse sin poderlas cambiar.

Como a toda acción le llega su reacción, he aquí que tal problema de elección se ha resuelto como por arte de magia. Voy a ser avestruz. Ningún otro bicho viviente mejor adaptado a mis renuncias. Es un ave pero no vuela aunque corre como un caballo. No es cobarde porque sabe plantar cara a las agresiones. Sin embargo es escéptica ante la amenaza, prefiriendo un buen agujero para meter la cabeza que andar dándole vueltas a lo incontrolable, renunciando de esa manera a buscar soluciones que no existen. Sabedora, en definitiva, de que al final la realidad se la llevará por delante, porque intuye el peligro pero al no verlo sufre menos. Es lo que nos acaba pasando a todos. Cerrar los ojos, tiene  la misma consecuencia de meter la cabeza en un hoyo, significa un poco menos de dolor cuando te pasa por encima el mercancías de Canfranc. ¡Qué pocas diferencias entre humanos y bestias de dos patas!

Ya soy pues, desde este momento, una flamante avestruz en sentido figurado. O lo que es lo mismo, un ser humano con ínfulas. Mi nueva condición me procura gozo al recibir las venias de los próceres desde su estrado, aun que la prócer sea una alcaldesa consorte a quien nadie ha elegido para tales honores de representación. En otro momento, una circunstancia parecida habría provocado mi ira “ciudasúbdita” que a buen seguro conllevaría graves consecuencias, pero ahora, hoyo querido, mi cabeza no me deja ver más que a un inofensivo certamen de animales a los que defiende, con labia y prosopopeya, una bella señora a quien todos le hacen la pelota sobre no sé cual habilidad en tocar una cola… ¡No! Creo… que es un piano de cola, ¡Sí! Un piano…Un órgano. ¡Yo que sé!

Ahora que es tan fácil esconder la cabeza en tantos agujeros como hay por doquier, no quiero ver las ganas de doblete que tienen algunos para trincar dos sueldos ni el escarnio a los ilusos votantes que en vez de taza reciben taza y media. Como no veo no siento, lo siento, eso que me gano, porque perder, perder, no se puede perder más la referencia entre lo perverso y lo esperpéntico. Si quieren un consejo para evitar ser  un ave que no vuela y que acaba en la cazuela, o sea la gallina, hagánse avestruz, que tampoco vuela pero de tanto en tanto, da unas patadas que parecen coces. Lo del agujero queda para cuando sube la tensión, que por si no lo saben, es bastante peligroso. ¡Ah! Y luego está lo de los huevos, que son muy gordos. Vamos, un lujo de animal de compañía si se lleva puesto.

Eugenio Mateo

domingo, 25 de septiembre de 2011

EL BILLETE. RELATO

Este relato fue el elegido para ser leido en el II Recital de Narrativa SE BREVE, el día 24.09.2011 en el Centro Cívico Teodoro Sanchez Punter.


© EL BILLETE

Cuando estaba abriendo el acordeón, sintió pereza; sin embargo, depositó el sombrero en el suelo. De manera  mecánica miró a su alrededor y se maldijo por haberse dormido esa mañana. Todas las mejores esquinas estaban ocupadas pero en la que él se encontraba, la corriente de transeúntes era mucho menor que en aquellas. Se resignó, no sin antes haber sentido envidia.

Desplegó el instrumento y de su interior surgió una melodía porteña que le devolvió a lejanas tardes de triunfo; se dejó llevar por ella  compartiendo  el vuelo de sus notas con otros sonidos. En las esquinas cercanas, afloraban notas de Vivaldi, polkas centroeuropeas o flautas del Altiplano. Estaba tan absorto en su música, que no se dio cuenta del planeo real de un billete de cincuenta euros, que vino a aterrizar dentro del sombrero para su sorpresa. Tanto, que detuvo el tango en seco para buscar la mano benefactora pero no vio a nadie a su alrededor,  retomando su entera atención hacia un billete ajado y arrugado. Lo atrapó como hacen los halcones con sus presas;  se lo guardó en el bolsillo, estrujándolo con fuerza.

Era el pretexto que estaba buscando. Cerró el acordeón y recogió el sombrero, calándoselo. Se echó a la espalda el bulto y tiró por la calle en la que estaba, con destino a  Casa Félix.  La sed le llamaba con la urgencia que sufren los bebedores.

Abrió la puerta del tugurio; le recibió un ambiente emponzoñado compuesto de humo viejo, grasas volatilizadas, sudor agrio y alientos de vinazo, que marcaban, de manera tangible, una frontera con derecho de admisión; aunque a él no le hicieran falta ya los carteles, necesitó unos segundos de adaptación a esa atmósfera. Vio a Félix en la barra, recortando la densa neblina del tabaco, como una aparición siniestra, con las manos siempre mojadas por el continuo “fregote” de los vasos y la colilla de una faria soldada en la mueca burlona de viejo vividor. La clientela, la de siempre: fauna de los desechos de tienta. Borrachos de ojos tristes; solitarios con periódico sin leer; conserjes de ministerios de fracasos varios; chulos con patillas y gumía en bocamanga; peleadores de luchas imposibles. Parecían toda una constelación esperando  un agujero negro por el que perderse.

El tasquero le trajo, como de costumbre, una jarra de vino, unas sardinas fritas de lata, olivas negras y pan. El músico le pagó con un billete mustio y guarro; el tasquero se cobró de paso deudas pendientes. Cuando a la segunda jarra, el contorno de Félix empezó a oscilar con perspectiva beoda, salió a la noche y una sombra, con una enorme joroba, se tropezó con sus pasos.


En el local, Félix desalojó a los últimos clientes con malos modos. Echó un rápido vistazo a un reloj de pared y con prisa, puso la reja en la puerta.

Caminó como si le siguieran, de manera que llegó enseguida a una calle oscura, donde un portalón se distinguía por una farola mortecina. Subió las escaleras como un gato. Llamó a una puerta y una mujer en bata le abrió, dibujando en sus ojos una señal de bienvenida zalamera. Todavía era bella pero los signos del tiempo empezaban a pasar factura a pesar del maquillaje y al hombre, el abrazo, no le hizo más que acelerar el ardor que traía.

En la frialdad del acto sexual se vació con espasmos de agonía y  la mujer le acunó como a un niño desvalido. Le dejó quedarse a dormir aún cuando el valor de un billete arrugado y viejo no lo mereciera pero le tenía cierto aprecio. A la mañana siguiente, Félix se marchó, menos tenso, camino de su cloaca.

La puta se quedó en la cama un rato más, aunque un timbre no permitió que fuera largo.  Era la mujer que venía a limpiar cada día los restos de sus encuentros. Como siempre, se saludaron sin mirarse apenas. Debían de ser casi de la misma edad y sin embargo los años no les hacían la misma justicia, siendo la recién llegada una mujer enjuta y arrugada, con la precisa impronta del trabajo a destajo en los surcos profundos de su rostro. Se sabía que su marido la abandonó por una bailarina de circo, con la hipoteca añadida de  sus tres hijos pequeños; desde entonces cualquier manera honrada de ganarse la vida fue para ella su único anhelo.

Terminada su labor, se acercó a la “rabiza” para decirle que mañana no podría venir por asuntos familiares. Sin poner pegas, ésta le pagó lo convenido más un billete muy usado, de propina, por el día que no vendría. Como una sierva agradecida, la mandadera se despidió y bajó la escalera apretando los billetes en su mano.

Conforme se fue acercando a su casa, a la mujer le vinieron cuentas a la mente y los cálculos no le debieron cuadrar porque se le ensombreció la cara pensado en su hijo mayor. Mañana tenía que ir con él al colegio puesto que había recibido una citación y no tenía la menor idea sobre el motivo.  Su hijo Nacho estaba en muy mala edad y las amistades que frecuentaba no eran de su agrado, ¿qué podía entonces hacer ella, si pasaba todo el día trabajando?

El chaval y su madre acudieron al colegio. El director les espetó sin rodeos que iban a expulsarle por gamberro; al parecer el chico había quemado varias papeleras lo que obligó a llamar a los bomberos porque el fuego se extendió al cuarto del archivo que afortunadamente no llegó a arder.

Después de muchos ruegos y promesas, la madre consiguió que la expulsión quedase en un castigo. Pero la próxima vez, no habría más indultos, tronó el director al terminar la entrevista Sin embargo, el mozo no pareció muy arrepentido cuando ella le afeó su conducta y con la sonrisa que sólo conocen los granujas, le pidió dinero, recibiendo sorprendentemente  un billete viejo y deslucido,  que sin mirar, la pobre mujer sacó del monedero.

Nacho llegó a los Recreativos, después de dejar a su madre llorando, encontrándose con los “coleguillas” que le esperaban. Lo primero que hizo fue localizar al encargado, al que atisbó entre la marabunta que abigarraba el local, en el que máquinas de todo tipo brillaban como altares luminosos donde los jóvenes ruidosos se inmolaban bebiendo cerveza.

Llegó a la altura del hombretón, al que llamó efusivamente Gordo y le dio el billete para que se lo cambiara por monedas. El Gordo lo  remiró con recelo a la vista del aspecto y lo desdobló para comprobar su valor. Dándolo por bueno se lo guardó en la bolsa riñonera, canjeándolo por las monedas oportunas. Se palmearon las manos y cada uno siguió a sus cosas.

El dinero de niquel se fue evaporando al mismo ritmo que su adrenalina tocaba techo. Sin despedirse de los colegas,  Nacho volvió a casa. Un leve ardor de hastío le acompañó en el trayecto.

A la hora de cerrar, Rosendo “El Gordo”, se preocupó de echar el último repaso al local, vacío ya de los inquietos juerguistas. Volvió a un cuarto cochambroso que servía de oficina y abrió una puerta en la otra pared, que daba a una galería, por la que entró aire nuevo. Se dispuso a hacer el conteo de caja y siguiendo las normas, colocó los billetes de la recaudación en dos montones, uno para los billetes aceptables, otro para los imposibles. Estos se llevarían al día siguiente al Banco de España para canjearlos por nuevos. El Banco los destruía después. Era el procedimiento que el Gordo hacía cada noche antes de guardarlos, juntos, en la caja fuerte.

Pero esa noche, quiso el azar, o quizá más bien, la costumbre por todos conocida de su rutinaria tarea, que por la puerta abierta, que daba a la galería, aparecieron dos hombres encapuchados, que antes de que “El Gordo” pudiera evitarlo, le golpearon en la cabeza con una barra, metiendo, seguidamente, todos los billetes en una bolsa, los buenos y los no tanto, escapando por donde habían venido. Cuando el encargado despertó al rato, malherido, con una brecha en la cabeza, consiguió llamar a la Policía.

Pasado el tiempo, un día cualquiera, en un bar cualquiera, sobre el platillo con la cuenta de unas consumiciones, planeó aquel billete miserable y mugriento de cincuenta  euros, que más parecía haber pasado por todas las manos de los ciudadanos de la Unión Europea.

Eugenio Mateo.

II RECITAL DE NARRATIVA- SÉ BREVE- EL ACTO















La jornada del 24 de septiembre fue maratoniana. El Recital de Narrativa " SE BREVE" se desarrolló de acuerdo al ambicioso programa. La sesión matutina consistió en una mesa redonda y debate sobre tres libros
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Por un lado la novela "Oscurece en Edimburgo" que ha sido escrita por siete autores, sin un plan de escritura previo y que durante nueve meses fue creada en una página web: http://www.7plumas.com. Por otro, el debate analizó el nuevo libro "Tintas distintas" del colectivo 3d3 escritores. Como una forma distinta de crear, los tres autores, Pilar Aguarón, Anabel Consejo y Jose Antonio Prades, demuestran cómo, partiendo de unas mismas coordenadas, se pueden conseguir resultados distintos y originales, consiguiendo lo que se podría denominar escritura sinérgica. Para finalizar, el libro de poemas de Amando Carabias "Versos como carne" en el que el autor mastica cada verso para sacarle el máximo jugo.

Por la tarde, desde las 16.30 hasta las 20.30, tocó el turno de lectura de relatos por parte de un numeroso colectivo de autores venidos desde Segovia, Huesca, Lleida, Sabadell y Zaragoza. Todos y cada uno de los relatos presentados recogen mil y una manera de contar historias, hilarantes unos, fantasiosos otros, inquietantes, poéticos, sorprendentes, pero deliciosos todos a la vez que mágicos. Todo un festival de imaginación y de buena literatura. Se contó con la colaboración del cantautor Mariano Iriarte.

Un éxito de organización que hay que agradecer a 3d3 LiterArt. Por mi parte les doy las gracias por contar con mi colaboración y quedamos emplazados para la tercera edición de este recital el año próximo.

fotos Eugenio Mateo

martes, 20 de septiembre de 2011

LA COSECHA DE ARRUDI EN IBONCIECHO 2011

















Los veranos pastoriles de Arrudí en el refugio de Ibonfiecho, allá en Sallent de Gállego, tienen mucho de retiro y ensimismación además de vida al aire libre en un paraje privilegiado.

No descuida la creación artística que el entorno enriquece. Este verano, prolífico, como él dice, ha dado como frutos una serie de obras sobre papel de las que una selección se presentan aquí. Son creaciones con su particular visión de la naturaleza que tiene oportunidad de contemplar cada amanecer desde su atalaya. Su fuerza cromática y el dominio de la perspectiva, habitual en Arrudi, las hace cronistas de una montaña que intenta defender su personalidad a pesar de todo y de todos.

Deliciosas e inspiradas, podremos verlas, posiblemente, en alguna exposición en Zaragoza, mientras, como aperitivo, la genialidad del artista sigue dando que hablar.


E. Mateo
fotos  Arrudi


domingo, 18 de septiembre de 2011

TINTAS DISTINTAS. Relatos II. Presentación de 3d3



Presentación del libro "TINTAS DISTINTAS. Relatos II" el próximo viernes 23 de Septiembre.

El grupo 3d3, Anabel Consejo, Pilar Aguarón y Jose Antonio Prades, se reúne nuevamente en las páginas de un  libro para hacer las delicias de los lectores con sus diferentes tintas pero con un denominador común: la imaginación desbordante.

Editado por Editorial La Fragua del Trovador. No perdéroslo.


CRÓNICA DE UN HOMENAJE. ANA MARIA NAVALES EN NUESTRO RECUERDO





Ayer viernes, 16 de septiembre, tuvo lugar en la Casa de la Mujer, el anunciado homenaje del mundo de la literatura a Ana María Navales, la escritora aragonesa que ha significado la más alta expresión de las letras aragonesas del siglo XX en todo el mundo. Han debido de pasar casi dos años y medio de su muerte y ha tenido que ser desde el ámbito de una asociación cultural privada, en este caso la Tertulia Fuentes de la Mentira, que dirige el conocido poeta Miguel A. Marín Uriol, para que se rinda el primer homenaje a su memoria. Sirva esta afirmación para destapar la desidia y abandono a los que se somete a los hijos sobresalientes de esta tierra aragonesa, que olvida o no quiere recordar, la deuda que contraemos con aquellos que llevaron la identidad de Aragón por todos los rincones del mundo a mayor gloria de su tierra. Para el mundo oficial de políticos y representantes elegidos por sufragio, el "submundo" de escritores, poetas y gentes "extrafalarias" no parece importar más allá de unas convocatorias de premios que les sirvan como oportunidad de hacerse fotos con el "malditismo". En el caso de Ana María Navales, prolífica autora de decenas de libros, novelas y poemarios, primer premio del  Día de las Letras Aragonesas, accesit del Adonais, Premio San Jorge, ensayista, directora de revistas literarias como Albaida o Turia, profesora de Literatura durante cuarenta años en el Colegio Alemán, incluida en varias antologías de poesia y narrativa españolas, premiada en Certámenes internacionales, traducida a numerosos idiomas, etc, etc, TODAVÍA ESTAN A TIEMPO DE ENMENDAR EL OLVIDO INSTITUCIONAL. Demósles tiempo.

La asistencia de público, amigos, escritores, intelectuales y seguidores, en elevado número, caldeó el salón de actos de la Casa de la Mujer. Abrió el acto Fernando Gracia Guía, presidente de la Asociación de Amigos del Libro y consumado conductor de eventos. A continuación, Miguel Angel Marín Uriol destacó con sus palabras la huella literaria de Ana María y agradeció a asistentes y colaboradores su presencia. La poeta Inma Marqueta, co-presentadora del acto, proyectó un video realizado por ella sobre fotos y vivencias de la homenajeada. Posteriormente el profesor y poeta Mariano Ibeas glosó el trabajo de Navales, repasando sus ediciones y las consecuencias que procuró entre los demás escritores del país. Le siguió el flamante ganador del Premio de las Letras Aragonesas 2010, Angel Guinda, respetado y reconocido poeta. Narró anécdotas vividas en su relación con Ana María Navales y su marido, el también escritor y periodista, Juan Dominguez Lasierra, presente en la sala, que desde la presidencia de la mesa seguía emocionado las palabras de su amigo Angel y de todos los participantes.

A partir de este momento, un grupo de escritores y poetas leyeron sendos poemas de Ana María Navales. Empezó Jose Angel Monteagudo con dos poemas. Le siguió Luis Trébol, con un relato del libro Cuentos de Bloomsbury. Maria Otal, con su delicada oratoria ofreció dos poemas. Fernando Gracia Guía, también crítico de cine, leyó dos poemas sobre actrices. Inma Marqueta nos deleitó con dos poemas. La sorpresa de la noche fue la actuación de la soprano Maria Luisa Paricio, quien, a capella, cantó tres obras de Tosca,  y Hendel. Muy aplaudida, la cantante agradeció la invitación a participar en este homenaje. La seguí yo, Eugenio Mateo, que recordé la labor de Ana Maria como profesora de mis dos hijos a los que inculcó el amor por la literatura, que les hizo elegir dos carreras como la filología y el periodismo como vehículos del humanismo. Leí un breve y emotivo poema numero 1 del libro del Fuego Secreto, que transcribo:

                                    Y salí a escribir el mundo
                                     y en busca del tigre cabalgué mi delirio.
                                     Tú regresabas herida,
                                     luciendo la túnica de polvo
                                     que roba el aire.
                                     Un instante rocé el puñal de tu sombra,
                                     estéril como el suspiro,
                                     triste como la ausencia.

Me siguió la poeta Carmen Salas, quien casualmente presenta su último libro el próximo lunes, que leyó el poema VIII. Volvió Luis Trébol a captar nuestra entera atención gracias a su manera de declamar, con otro relato de Navales. Para finalizar el acto, Juan Dominguez Lasierra, viudo de Ana María, agradeció vivamente este homenaje, que según contó, le había impresionado muy gratamente. Con su estilo sencillo de hombre sabio nos relató pequeños secretos de su vida junto a su esposa, como los malos momentos que pasaba cuando el torbellino de la personalidad arrebatadora de ella les hacía "invadir" algunas casas en Inglaterra que pertenecían a escritoras admiradas por Ana María, que se empeñaba en visitar, costase lo que costase. Para el apoteosis final, guardaba un regalo en forma de poema inédito que Juan le compuso a su mujer acerca de la mala relación entre Ana Maria y las cámaras fotógraficas.

Destacamos la perfecta organización del acto homenaje y agradecemos a Fuentes de la Mentira que contara con nosotros para sumarnos al mismo.
















                                   
       
fotos  Eugenio Mateo