El Grémi d'Ostalaria dera Val d'Aran (Gremio de Hostelería del Valle de Aran) a través de sus establecimientos asociados, está siempre atento a cualquier oportunidad para ofrecer a los visitantes a este insuperable rincón pirenaico iniciativas gastronómicas acordes a las temporadas y los alimentos más autóctonos.
De esta manera y aprovechando el puente de difuntos de Noviembre, cuatro reputados restaurantes araneses presentan las V Jornades dera Caça -V Jornadas de la caza- con unos menús en los que la caza es protagonista. Desde el 1 al 4 de Noviembre, los restaurantes Era Mòla, Era Lucana D'Aran, Parador de turismo de Arties y Fonda d'en Pep, proponen unos suculentos menús con precio cerrado de 30€ en los que la imaginación de sus chefs compiten en una pugna amigable e imaginativa.
Nuestros buenos amigos Marga y Emili Calçada, propietarios de Era Lucana, nos recibieron con la amabilidad de siempre. El local estaba, hoy viernes 2 de Noviembre, a rebosar y no era extraño a la vista del fastuoso menú que Emili ha creado para la ocasión.
Tuvimos ocasión de probarlo:
Aperitivo.- Otra versión de la Coca de recapte
Entrante.- Nuestro paté de corzo con setas de temporada y confitura de higos.
Primero.- Crema de castañas con calabaza, aceite de sésamo y piñones.
Segundo.- Civet de ciervo al chocolate con frutos rojos.
Postres.- Otoño dulce: roca de cacahuete, bombón caliente de calabaza, carbón vegetal tierno y helado de vainilla. Notas de avellana, café y fresa.
Café y snaps
Lo acompañamos con un tinto Priorato, Can Subirá.
A destacar las distintas texturas y sabores que se dan cita en esta propuesta gastronómica de primer nivel. La crema de castañas con calabaza recuerda a la estación otoñal y a su recogimiento natural. El paté casero de corzo es un puzzle cromático con la intensidad de la carne de caza y el civet, en el que el chocolate sirve de amalgama, nos enseña que la cocción del venado tiene su punto y conseguido, es difícil una ternura semejante en las carnes rojas. En el aperitivo, la tradicional coca catalana marida con el tomate confitado relleno de pasta de aceituna negra, plena y rotunda. El postre es una sinfonía de formas, sabores y colores. Una obra de arte que se come sin sentimiento de culpabilidad.
Restaurante Era Lucana, una apuesta sin riesgo de fallos.
A destacar las distintas texturas y sabores que se dan cita en esta propuesta gastronómica de primer nivel. La crema de castañas con calabaza recuerda a la estación otoñal y a su recogimiento natural. El paté casero de corzo es un puzzle cromático con la intensidad de la carne de caza y el civet, en el que el chocolate sirve de amalgama, nos enseña que la cocción del venado tiene su punto y conseguido, es difícil una ternura semejante en las carnes rojas. En el aperitivo, la tradicional coca catalana marida con el tomate confitado relleno de pasta de aceituna negra, plena y rotunda. El postre es una sinfonía de formas, sabores y colores. Una obra de arte que se come sin sentimiento de culpabilidad.
Restaurante Era Lucana, una apuesta sin riesgo de fallos.
fotos E.Mateo
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