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Desde el Cenobio de Valeon |
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Agaete. Puerto de las Nieves |
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Arucas |
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arquitectura canaria |
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Arucas |
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jardin botánico de Arucas |
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Roque Nublo |
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Roque Bentayga y Tejeda |
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Roque Nublo |
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pino canario |
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Tejeda |
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Cenobio de Valeron |
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caldera de Bandama |
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playa de las canteras |
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La Isleta |
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Telde |
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pico de las nieves |
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barrios de las Palmas |
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Calle de Triana |
La isla de Gran Canaria es un continente en miniatura gracias a su variedad de paisajes y de microclimas, resultados del escarpado perfil, su posición central en el archipiélago canario y la acción de los vientos alisios. Calificada como Reserva de la Bioesfera, sus 1560 km2 contienen una riqueza natural, paisajística y etnográfica que la convierten en destino ideal para cuando la Peninsula dormita bajo el frío.Más de 1.300 especies catalogadas conforman la flora grancanaria, destacando 104 endemismos de la isla. En cuanto a la fauna, las especies más abundantes corresponden a las familias de las aves, los reptiles y los anfibios. Asimismo existen especies endémicas como el murcielago,el perro de presa canario y el cerdo canario.
Recorremos de nuevo las calles de la capital, Las Palmas, con su ambiente portuario e internacional. Arucas, la tierra de mi buen amigo Cayetano Sanchez en la que se fabrica el mejor ron español, el Arehucas.
Teror, población del centro de la isla con parajes extraordinarios como la Caldera de Pino Santo. En Vega de San Mateo subimos al mirador del Roque de Bicacaral y recorremos el barranco de la Luna. Santa Brígida con su espectacular drago de de quinientos años y el Barranco Alonso. Telde fue la capital de uno de los dos reinos guanches en que se dividía la isla antes de la invasión de las tropas que enviaron los Reyes Católicos y aún se pueden ver los restos de la muralla de piedras que marcaban sus límites. Tejeda, la tierra de los Roques, chimeneas volcánicas de lava solidificada, que representan el símbolo de Gran Canaria, como el impresionante Roque Nublo y el Roque Bentayga. Bajo su mole se encuentra el Parque Arqueológico de Bentayga, en el que se muestra la historia de los aborígenes guanches. San Bartolome de Tijarana, enclavados en la caldera de Tijarana, último reducto de resistencia guanche frente a las tropas castellanas. Al pie del pico de las Nieves, el más alto de la isla con 1.949 metros. Agaete, con su clima seco y caluroso todo el año al estar a salvo de los alisios, es uno de los municipios más visitados. Desde la conquista, el puerto estableció comercio con el norte de Europa, enviando azúcar, cultivo que los españoles trajeron de Madeira, vino y la producción de cochinilla para tintes de telas. En la costa el curioso risco volcánico conocido como el Dedo de Dios. Gáldar posee un pasado prehispánico de gran relevancia ya que fue capital de uno de los reinos o guanartematos en el que su rey Thenesor Semidán, apresado por Alonso Fernandez de Lugo y enviado a España, bautizado como Fernando Guanarteme y jurado fidelidad a los Reyes Católicos. La importancia de su pasado se localiza por los yacimientos, el más importante, el Museo y Parque Arqueólogico de la Cueva Pintada. Para terminar, Santa Maria de Guía, donde se fabrica el queso conocido como Flor de Guía, en el que se utiliza la flor de cardo azul para cuajar la leche.Nuestra visita tenía como principal objetivo visitar el Cenobio de Valerón, extraña formación rocosa con más de 350 cuevas donde los primitivos pobladores guardaban el grano de las cosechas.
La gastronomía isleña es prolífica en platos de pescado fresco: cherne, cabrilla, vieja, salmonete, sama y rascacio, entre otros. Sabrosos son los confeccionados con delicias de mar como los tollos en salsa o el sancocho. Las carnes de cabra, conejo o cerdo, componen recetas deliciosas como el compuesto de cabra, las carajacas, la ropavieja y el puchero de carnes con verduras. No olvidar las papas arrugás pero sobre todo a su aliño, los mojos picones, verde o rojo. Los quesos son uno de los elementos mas valorados de la gastronomía así como los dulces: queques, bienmesabe, huevos moles o los mantecados de Tejada.
Cuando la vieja Europa tiembla de frío en el invierno, el sol y el clima suave de 20º aguardan mecidos en un mar por el que truenan volcanes dormidos.
texto y fotos E.Mateo Otto
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