Nuestro buen amigo Patrice Berthon, profesor retirado de la Sorbona y uno de los más reputados grabadores franceses, con quien compartimos los singulares rincones del Prepirineo, nos habló con entusiasmo de este pintor, Frédéric MENGUY, fallecido en el 2007. Hemos de reconocer nuestra ignorancia sobre la trayectoria del referido artista galo y a la vista de sus pinturas, litografias y dibujos, nos encontramos con un artista original. Original en su estilo y en sus conceptos creativos.
Nacido en
París 28 de enero 1927, Frédéric MENGUY fue uno de los más grandes artistas
franceses de la segunda mitad del siglo XX. Sus obras, reconocibles a primera vista, sorprenden por la composición y el color. Él mismo decía que pintaba lo que le gustaba y no podía ver. Es así que conforma mundos oníricos a los que la poesía tiñe de magia. El circo, el paisaje, la mujer y las marinas son recurrentes en su pintura.
Nunca le gustó ser encasillado y defendió su estilo como propio, no afecto a escuelas. Ignoró las críticas y durante su vida, después de ser profesor de dibujo, mantuvo unos supuestos que tenían mucho que ver con los sueños de la infancia que a todos nos acunan en cualquier noche sin fecha. Es una pintura amable, no exenta de simbolismo, que establece conversación con el que observa. Medita sobre la homosexualidad con ternura naíf y crea ambientes imposibles de vivir fuera de los sueños.
Con tonos vibrantes y cálidos, Frédéric MENGUY nos invita a
seguirlo en la búsqueda de un mundo lejos de nuestra vida cotidiana, en el que habitan belleza y poesía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario