jueves, 30 de enero de 2014

ENCUENTRO "ARTISTAS FRENTE A SU OBRA". IBERCAJA PATIO DE LA INFANTA. SALA DE EXPOSICIONES



                                                                   


vista de la exposición
 
El artista es un ser poco dado a hablar de su obra, más atento a la pulsión creadora que a la manifestación de los conceptos que la inspiran, pero en esta ocasión, el encuentro "Artistas frente a su obra" programado por Ibercaja en torno a la exposición "El eterno femenino.Retratos entre dos siglos" que se está celebrando en la sala de exposiciones de Ibercaja Patio de la Infanta, permitió conocer las motivaciones espirituales de tres artistas representativas del arte contemporáneo español que trasladan a sus obras la íntima destilación de sus emociones.   

Mapi Rivera, con su obra "Mares sin orillas", Yolanda Tabanera con "Peso precioso" y Esther Pizarro, con "Doble identidad" participan en la  exposición  que toma a la figura femenina como elemento consustancial del testimonio de una época. Durante dos siglos, la mujer ha sido en el arte el reflejo de los modos de vida, y la manera de ser retratada, retrata a su vez a toda una sociedad.

Mapí venía a contarnos sus búsquedas a través del arte, cómo la literatura es su fuente de inspiración o por qué la  mística impregna  sus procesos creativos; Yolanda nos habló de la experiencia con la materia, de que la realidad se puede mejorar a través del arte; Esther nos desveló que en su creación la esencia humana es el punto de partida, de su interés por la conexión  de los puntos de energía en sus siluetas. Tres visiones personales de una misma realidad: la mujer y su tiempo.

Presentaron el encuentro la directora de la Obra Social de Ibercaja, Teresa Fernández;  la responsable del Programa de Educación y Cultura, Magdalena Lasala y Lola Durán, comisaria de la exposición. Entre los invitados pudimos ver al presidente de la Asociación Aragonesa de Críticos de Arte, Manuel Perez Lizano, a la galerista madrileña Raquel Ponce, al artista aragonés Ricardo Calero y al arquitecto Ricardo Marco.  Con un toque decididamente informal se nos propuso  establecer un encuentro cercano con las tres artistas en torno a un refrigerio. En las distancias cortas la personalidad de estas tres mujeres se proyecta  en todo su esplendor.                                                 





                                                   Yolanda Tabanera, Esther Pizarro y Mapi Rivera


Magdalena Lasala, Lola  Durán, Mapi Rivera, Esther Pizarro, Yolanda Tabanera y Teresa Fernández
                                                                             
Teresa Fernández abre el encuentro

                                                                                  Mapi Rivera

                                                                    Yolanda Tabanera

Esther Pizarro. De fondo su obra "Doble identidad"


                                                                           
"Peso precioso" Yolanda Tabanera 
"Mares sin orillas" .  Mapi Rivera            foto web 
L.Durán, M.Lasala, Ricardo Calero, M.Perez Lizano, de espaldas Esther, Mapi y Yolanda

fotos Eugenio Mateo



miércoles, 29 de enero de 2014

LAS MOMIAS DEL MUSEO CANARIO

El Museo Canario se encuentra en el corazón del Barrio de Vegueta en Las Palmas y es desde 1879 una sociedad científica y cultural dedicada al estudio de la arqueología, la prehistoria y la historia natural de Canarias. La visita por sus salas permite una regresión a los modos de vida de los pobladores de Gran Canaria desde el siglo V a.C. hasta la conquista castellana de la isla en el siglo XV. Todo parece que los primeros pobladores procedían de Africa y su etnia era bereber. Lo cierto que en los diversos yacimientos que hemos podido visitar en Gáldar o el Cenobio de Valerón y otros muchos que existen en la isla, la cultura canaria -posteriormente denominada como Guanche aplicado a todos los aborígenes del archipiélago- presenta unas características sociales y culturales rica en conocimientos que les permitían una sociedad organizada y autosuficiente.

Me ha impresionado las salas dedicadas a la conservación de cadáveres que demuestran que aquellos canarios dominaban la técnica del embalsamamiento y de la trepanación como técnica quirúrgica al servicio de la salud. Por otro lado la antropología física nos habla de unos cuerpos de buena estatura y constitución si tenemos en cuenta los esqueletos que parecen que quieren entablar conversación. Varias momias duermen un sueño eterno cubiertas de finas capas de pieles, como un saco de plumas para el vivac. A más rango social, más capas. Indica pues que aunque casi todos aquellos trogloditas disponían a su muerte de una oportuna preparación funeraria, los más poderosos recibían en su cadáver una esmerada práctica acorde a su posición social.  Nada que deba sorprendernos pues ya se sabe que en todos los tiempos también el enterramiento entiende de clases. En este caso el proceso a emplear era éste:
 Después de aplicarle determinadas sustancias naturales se dejaba al cuerpo secarse al sol para luego cubrirlo completamente con envolturas de juncos y pieles de cabra cuidadosamente cosidas y estratificadas en capas.  Convertidos en crisálidas en espera de un vuelo eterno, nunca jamás esperarían que su sueño fuera a ser interrumpido detrás de una vitrina.





                                                                                       

                                                                           

                                              Replica de la Cueva Pintada de Gáldar
                                             
                                                          ídolos prehistóricos de culto a la fertilidad

manufacturas en fibras naturales
                 
                                                           cerámica aborigen


                                                                              antropología aborigen
Momia y preparación funeraria
                                                                                                                                                                 


cráneo trepanado




Fotos Eugenio Mateo

lunes, 27 de enero de 2014

LAS PALMAS DE GRAN CANARIA. UN PASEO POR VEGUETA


La ciudad de las Palmas de Gran Canaria es un ciudad populosa donde conviven más de 600.000 habitantes y todas las razas. No hace mucho era el sueño para los peninsulares que querían poseer lo último en tecnología a precios especiales y los bazares hindúes abastecieron a media Europa de las mejores cámaras o aparatos electrónicos. Hoy, a pesar de sus ventajas fiscales, nada es lo mismo. Los turistas que llegan a Gando o que desembarcan de gigantescos cruceros en el Puerto de la Luz  buscan otras cosas. Lo primero el sol y un clima benevolente, luego sus paisajes y porqué no, la historia.

El capitán castellano Juan Rejón, comisionado por los Reyes Católicos para la conquista de las Islas Canarias, fundó en 1478 el primer campamento en este lugar que estamos recorriendo, al que llamó el Real de las Tres Palmas y que luego, una vez establecidas las sedes de la administración castellana al término de la sangrienta conquista contra los habitantes aborígenes y trazadas los perímetros de la ciudad,  se llamó la Vegueta de Santa Ana y después el Barrio de Vegueta. Es el corazón histórico de la ciudad donde podemos encontrar los grandes caserones y palacios de los notables, el mismo lugar en el que recaló Colón en una escala de su expedición del descubrimiento para reparar y mejorar sus naves. Vemos el palacio del gobernador donde se alojó, hoy Museo de la Casa de Colón; la ordenada sucesión de calles festoneadas de casas nobiliarias, la ermita donde dicen que oró el descubridor antes de partir hacia lo desconocido; la catedral de Santa Ana, cuyos muros resistieron el incendio que los invasores  holandeses  aplicaron a la ciudad después del total saqueo y destrucción en el siglo XVI. La arquitectura tiene un aire colonial con balconadas y celosías que confieren a sus rincones observatorios desde donde mirar sin ser vistos en la calidez de la noche isleña. Pareciera que el tiempo se hubiera detenido en estas callejuelas conquistadas por la luz y nada mejor para saber de sus habitantes que visitar el mercado, el típico mercado de Vegueta, donde las frutas amalgaman colores y texturas como cualquier puesto ambulante de Caracas y los pescados de sus bancos pesqueros nos enseñan los dientes emulando a sus primas lejanas las pirañas. No comer pescado en Canarias sería un grave error, sobre todo para el sentido del gusto. Viejas, chernes, corvina, sama, bocinegro, salema, rascacio, morenas; embajadores de las profundas aguas del Atlántico que nos miran desde el abismo azul al que estos del mercado no regresarán jamás.

Volvemos caminando por el Barrio de Triana, intuyendo las cacofonías de los primeros sevillanos de la conquista, en busca de una taberna experta en raciones de pata (jamón cocido riquísimo) que recordamos. Conseguido el objetivo recorremos la larga y comercial calle para desembocar en el Parque de Doramas, en el que sigue saltando al vacío cada día el caudillo Doramas que prefirió el vuelo de la muerte a la esclavitud de una corona invasora. Como paradoja,de fondo la mole del Hotel Santa Catalina, donde una  noche me pareció ver el fantasma de Churchill buscando un gin tónic.


                                                                       Navidad  2013                  
                                                                                       
 


                                                                                         
Monumento al caudillo Doramas
Plaza Mayor de Santa Ana y al fondo teatro Perez Galdós

Catedral de Santa Ana
barrio de Vegueta
Museo Canario




pescado autóctono






                                                                                     


portada renacentista de la Casa de Colón  XV


fotos de Eugenio Mateo
diciembre 2013