Cuando el horizonte anida en la mirada se hace cercano, tan familiar como evocado, un sujeto más en el aliento que se acompasa al recorrerlo. Paisaje horizontal pero también vertical como los cerros que se asoman al espejo de las aguas. El pantano de La Peña, centenario, cansado de corrientes y avenidas, resiste en La Gorgocha la fuerza del deshielo, como último bastión antes del llano que espera su líquida frescura con la sed a punto. Se confabulan las nubes para la tormenta y el lomo del agua cambia según sus piruetas del verde al azul sin definirse. El precipicio atrae al cruzar sobre el muro de la presa y el arco iris destella sobre un torrente de espuma que se precipita con la fuerza del que escapa. Un río liberado que torna a la costumbre de discurrir por cauces bravos que esperan su caudal. Las huellas del caballo de hierro transcurren paralelas a la orilla, apenas lo que cuesta cruzar su perfil amansado antes de llegar a La Peña estación, flanqueadas por la vieja guardia de los chopos de ribera; se debería avisar a los viajeros que hay túneles peligrosos, o así al menos parece querer contárnoslo un previsor cartel que anuncia oscuras cavidades. Unos pasos atrás, en el cruce con el sendero GR25 que viene desde Riglos por Carcavilla, un grupo de senderistas nos han rebasado sin percatarse de la modernización de Renfe. El vaivén de la resaca en la orilla suena a piedras y ramajes; enfrente, cerca si pudiéramos caminar sobre las aguas, dormita Triste pero no sus gentes, que a estas horas estarán de charla en los carasoles. El viento trae el ruido del tractor de Luis, que faena el cereal. Siempre hacia el este, el pantano se hace ciénaga en las que copulan como locos los mosquitos, es el rincón donde esconde sus vergüenzas de limo y espesura. Pronto se abre tierra firma a ambos lados, es el Saso, con huertos y casetas de recreo ocultas tras el bosque. A la derecha se abre la pista a la Foz de Escalete, de frente conduce directamente hasta la estación y el caserío de La Peña, cruzando el puente sobre el Gállego, que ignora todavía que un meandro más allá quedara remansado por un tiempo.
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Caudal del Gállego |
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Pantano de la Peña
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Panorámica del valle desde el Saso |
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Manzano de blanco |
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Aviso de túnel |
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Renfe se modeniza |
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Casas del pantano y Santa María |
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Al otro lado Triste |
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levanta la niebla en el pantano. |
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Primavera Lirios |
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Jacintos |
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Narcisos |
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Tupilan |
fotos Eugenio Mateo
12.04.14
Que maravilla. Mil gracias por compartir estos paisajes de ensueño. Jamás hubiese imaginado que los teníamos tan cerca. Y felicidades al fotógrafo. Un beso
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