lunes, 21 de julio de 2014

LA ASOCIACIÓN DE VECINOS Y AMIGOS DE TRISTE CELEBRA SU 25 ANIVERSARIO

Si hay un pueblo ejemplo de convivencia entre sus vecinos, ése es Triste, en la Hoya de Huesca y perteneciente al municipio de Las Peñas de Riglos. Teniendo en cuenta que en la década de los 40 lo habitaban cerca de 400 personas para quedar casi desierto en los setenta, el lugar podría parecer en declive, aunque claro, la demografía en valles de montaña como este es engañosa porque una cosa es vivir y la otra es habitarlo como segunda residencia. Lo cierto es que Triste tiene una vida bulliciosa los fines de semana y en verano; su caserío ha experimentado profundas reformas y las casas hoy en día tienen el mejor aspecto. Se podría suponer que la especulación arribó a estos parajes de profunda belleza pero nada más lejos de la realidad. Los hijos o descendientes de los antiguos pobladores se empeñaron en la tarea de la rehabilitación y a pesar del nombre del pueblo, la alegría acompaña a estas buenas gentes que buscan estar de celebración a la primera excusa que se tercie. No contentos con reformar sus casas, hace 25 años crearon una asociación de vecinos que ha acaparado toda su energía. Durante años  regresaban a Triste después de su semana de trabajo en los lugares habituales de residencia, Zaragoza, Huesca, Jaca, etc y construyeron el local social, reconstruyeron la altiva torre románica del siglo XII y el antiguo horno. Les  quedaba tiempo de juntarse para preparar fiestas, ferias como la del Cáñamo, que llegó a tener difusión fuera de las fronteras de Aragón y todo aquello que llevara la contraria a la tristeza del nombre de su pueblo. Yo los tengo de vecinos a escasos dos kilómetros y pertenezco a la Asociación desde su origen, por eso, sé bien de lo que hablo. El sábado 19 de julio, los asociados fuimos convocados por el presidente Manuel Rapún y la Junta Directiva, con Juan José Pardo, José Manuel Otal y Javier Dieste a la cabeza a reunirnos para celebrar los veinticinco añitos en torno a una caldereta de ternasco de Aragón preparada por la Cooperativa Pastores. No faltó casi nadie y hasta el párroco, Jesús, anduvo ejerciendo de camarero meritorio. Casi por ensalmo, el sol inclemente de  estas fechas se abstuvo de salir, avergonzado tras unas nubes que no amenazaron con lluvia, cómplices del acontecimiento. Larga vida a estos parajes de la Galliguera y larga vida a estos esforzados pobladores que siguen protegiendo un enclave que fue frontera sur del incipiente Reyno de Aragón.



Caldereta de ternasco Pastores

Os Gaiteros del Rabal

Comida de los miembros de la Asociación

Manuel Rapún, presidente de la Asociación de Vecinos y Amigos de Triste

Antiguo horno de Triste restaurado por la Asociación
Torre románica del XII restaurada por la Asociación
Iglesia románica de Triste
Aquí descansa la memoria de Triste y sus gentes

Pantano de la Peña y Sierra Caballera
Crismón

Casa Asún
Casa Juanico
Antiguo Ayuntamiento
Pantano y la Gorgocha                                                                
local social y escenario para el baile

Casa Pardo



fotos Eugenio Mateo
19.07.2014

1 comentario:

  1. Fantástico lugar y como bien dices no parece que haga alarde de su nombre :)
    Es una pena ver como se pierden pueblos, lugares que ya no de segunda residencia, si no de primera, magníficos para vivir. Pero nos hemos hecho muy cómodos y para desgracia nuestra no sabemos vivir en lugares paradisiacos como este. Un saludo

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