lunes, 29 de diciembre de 2014

"DOLOR. NACER Y MORIR PARA SER MEMORIA" BY CAYO. PRÓXIMA EXPOSICIÓN EN EL EDAN




Para iniciar la programación del 2015 en el Espacio de Arte Nazca pretendemos pulsar la realidad creativas que bulle en las nuevas tendencias del grafiti o el tatoo. Arte joven hecho por jóvenes. Cayo es un grafitero, tatuador y pintor que a pesar de su juventud viene realizando una intensa actividad expositiva.  Su visión de la santa muerte mexicana o los motivos de dura crítica social se funden para elaborar un mensaje sobre el destino del ser humano desde que nace. Dolor, como constante de un recorrido vital que termina sin remedio en la memoria que en los demás hemos sido capaces de sembrar.
Dijimos que desde el EDAN apostamos por los valores emergentes y con Cayo como primer cartel del año pretendemos ser rigurosos. Hay más sorpresas para la inauguración. Cayo ha invitado a un colega, uno de los mejores, Gejo, y entre los dos realizarán un mural grafiti a  la vista de nuestros invitados. Será una oportunidad única de ver a dos genios mano a mano.
La cita es el 13 de enero. Mientras, como aperitivo, una colección de obras de Cayo, que dan buena medida de su talento.
























sábado, 27 de diciembre de 2014

REVISTA EL CLIK Nº 7. LA FOTOGRAFÍA, EL OBTURADOR MÁGICO DE LAS EMOCIONES





       

enlaces a la revista el Clik nº7  



Editorial


–¡Ha salido El Clik! ¡El Clik nº 7! — Para lo no tan jóvenes, quizás alguno recuerde
el sonsonete con melodía familiar que las voces dinámicas de los chavales cantaban los
domingos, a la salida de los cines, con los resultados del fútbol de la jornada. — Ha salido
la Hoja…la Hoja Depórtiva — con el acento mal entonado, pero que era lo que hacía
diferentes a aquellos salmodios impetuosos que viajan desde la memoria de mi infancia.

Ya tenemos otro Clik, como si apenas hubiéramos terminado de degustar el imaginario
visual del número 6. — Tempus Fugit — decían los romanos, y qué razón tenían. El
tiempo vuela, y a revueltas con turrones, guirnaldas y oropeles, mansedumbre pastoril
y tantos buenos deseos que empalagan, sus páginas sirven de telón involuntario a la
realidad, pero no a esa que ven los ojos, sino la que presiente el obturador mágico de
nuestras emociones. Estamos en Navidad, que para muchos significa paga extraordinaria,
cenas con extraños cercanos, envío sistemático de horteradas por Whatsapp, y para
otros, la señal inequívoca de que nada cambia a pesar de todo, incluso que año tras
año nos seguimos engañando por amor a la mercadotecnia. Es ahora cuando se
ponen a prueba las convicciones del que no puede satisfacer la media establecida en
la estadística de consumo por habitante. Son horas de templanza o de dejarse llevar.
 — ¡Vosotros mismos! —

Hablábamos de fotografía, pero no puedo resistir mi lado iconoclasta, ése que me
permite soñar con las imágenes como remedo a las carencias obligadas. Nuestro amigo
Miguelón se ha vestido con un gran gorro rojo, pues realmente no necesita más para
ser una réplica baturra de Nikolaus, ese obispo teutón que a mí me gusta más que el
gordo escandinavo, y nos trae un saco lleno de ilusión óptica. Fotos, señoras y señores,
fotos, buenas fotos, espléndidas, enigmas del instante, puertas de anclaje ante la deriva
del tsunami mediático. El Clik es un viaje al infinito, espacio medible sólo por los locos o
inocentes, que viene a ser lo mismo. Viaje al otoño de belleza decadente y prevista; viaje
a lo exótico de nuevo — como nos atrae lo desconocido — que siempre sazona la razón
con la especia más fragante. La India, Angkor, Marruecos, Toro, la vieja Toro de los vinos de leyenda. Un mundo a nuestros pies, disponible al encanto inmediato de la sorpresa.La naturaleza de un Moncayo a medio naufragar en sus torrenteras imprevistas que traza el cambio climático; el rigor del blanco y negro en contrapunto con la belleza del color; Naturalario, Animalario, desvaríos tras el visor fabulador de un fabulista; lo nocturno como constancia de la diferencia; el nuevo reto de la fotografía con los teléfonos móviles.
Fotos, fotos, fotos…más fotos por favor — podría haber cantado Aute, aunque
se refirió al cine. Nuestro fotógrafo invitado, Julio Lopez Morata, se podría haber
dedicado al cine si no hubiera preferido ser fotógrafo. Lo suyo es oficio, libertad,
técnica laureada y donada generosamente a través de la enseñanza. Maestro de la
sencillez en un más difícil todavía. En su popurrí nos trae descubrimiento, recato y
atrevimiento, retratos de retazos de historias inconclusas, sentimiento, soledad yalegoría, concepto, filosofía. Nos deja evocar la caricia de unas manos nervudas sobre
la piel de pétalo floral de una hembra en flor, como si nos escociera el roce, o medir
la magnificencia de paisajes urbanos que trascienden al transeúnte de carne y hueso.
Lujo, lujo en la lujuriante diversidad de un contenido que nos pide pensar a solas, mano
a mano con tantos deseos que, una vez al año, ceden ante la insistencia de ser mejores…
lo que dura un deseo.

¡Ha salido El Clik! ¡El Clik número sieeete!


                                                                                Eugenio Mateo
                                                                                                    Galerista y escritor

viernes, 26 de diciembre de 2014

¿POR QUÉ NOS DUELE LA MEMORIA?




¿Por qué nos duele la memoria?
Eugenio Mateo



  Todos llevamos con nosotros un  cementerio de recuerdos, sarcófagos  de emociones y osarios de desencantos. Una carga que pesa, incluso asfixia con un dolor que persiste al paso del tiempo. La memoria duele en las ausencias, clasificándolas aun habiéndose difuminado sus contornos, como hitos intangibles de un código asumido. Florece en la evocación de un pasado indulgente. Se remansa en océanos de recuerdos que todavía son capaces de hacernos sonreír. La capacidad de recordar es el legado primigenio para no olvidar los orígenes, por eso  la memoria es sólo notaria de la vida y su efecto, constatación exacta de lo que vivimos.
  Sin embargo, la memoria duele. A veces sufrimos de  añoranza por tiempos mejores con todo su  bagaje. En otras, el dolor se tiñe de fracasos y  traiciones, de desengaños con posos de rencor oxidado.  En todas, la pérdida irremplazable del pasado deja un hálito de vacío tras nosotros. El rastro del recuerdo recorre caminos de vuelta en un paso atrás  para afirmar antiguas  negaciones, encontrar los mojones de la ruta  de ida, apoyarse en la  tapia invisible del tiempo sin hacerla añicos. Duele recordar cuando el recuerdo nunca se ha ido de las cosas que quisimos para siempre y  duele el olvido voluntario de lo que queremos en un presente.
  Pretender que la memoria sea neutral es imposible porque la vida tampoco lo es  y en esa beligerancia entre el ayer y el hoy las chispas que saltan en el cruce  de los  filos neuronales acaban prendiendo  los  fuegos  de las emociones a flor de piel que se avivan al primer soplo. Es inútil quedarse al margen cuando se forma parte de los hechos, como también lo es ignorarlos. El intento de olvidar lo inolvidable forma parte del cortejo de nuestras vanidades, que como en la fábula creen estar vestidas cuando en realidad van desnudas. Somos memoria y  seguimos vivos recordando que somos contradicción. Vuelve el dolor ante la renuncia de los principios que juramos mantener, de los convencimientos que con el tiempo se herrumbran  y parece  no importar que la palabra olvide su sentido como si nada mereciera la pena. La memoria exige lealtad a sí misma para no convertirse en desmemoria, peligrosa tendencia que la narcotiza con humo de modorra.
  Los desmemoriados caen fácilmente en la trampa de la auto complacencia, así, los vemos transitar en formaciones obstinadas en negar lo evidente, ajenos a lo cierto de los propios recuerdos, decidiendo qué es lo conveniente de olvidar adrede. Practican la manipulación y con ello hieren la memoria, que se duele, de nuevo, como si no fuese posible hurtar al  frío corte del cuchillo  cada certeza que despunta. Creo firmemente en la memoria de los peces en contra de lo que se dice y desconfío de la mía  cuando se convierte en  coto privado de mis olvidos. Intento recordar mis desmemorias en un ejercicio de funambulismo y me duele el golpe contra el muro. Hay un antes que se esconde  tras una cortina de humo  escamoteando mi propiedad intelectual  -sólo mía, mis secretos, cosas, pero razones que me recuerdan a mi mismo- y un después carente de sentido. Es la conexión, aunque fallida, con la tabla de salvación y entre tanto recuerdo inútil sólo aspiro a recordar lo importante. No quiero ser de los que son capaces de almacenar tanta información como dice Sagan que podemos, más bien sortear, como un niño en los charcos, tantos recuerdos que duelen.
  Corren paralelas las memorias recientes,  muchas veces se cruzan entre sí dejando al descubierto heridas sin cerrar y cuentas pendientes. En estos encuentros la sincronización de recuerdos llega saturada de  malas vibraciones: un amor imposible, una afrenta sobredimensionada, una duda razonada, una deuda sin satisfacer, quizá tan sólo un malentendido. Con ellas viaja el dolor aunque se tiña de cólera justiciera; el mismo sabor de hiel que rezuma por los dientes y la memoria escarbando en el cerebro con una azada de acero. Es la memoria de los vivos la que duele más cuando recuerdas que ellos olvidan con la misma desfachatez que tú lo haces en un intento de escapar de lo preciso. No deja de ser una ironía que precisamente sean estos casos  los que no elimine la memoria selectiva. Acumulamos así  una sobrecarga negativa, un exceso de megabytes contaminados y si como dice la teoría nuestro cerebro tiende a eliminar los recuerdos que duelen, puede que en el fondo  seamos  masoquistas. No voy a exigir a mi memoria a estas alturas el rigor que tuvo pero no me resigno al cloroformo. Mis recuerdos dormitan cuando no los necesito  pero a veces acuden sin  haber sido invocados  a dar la ronda por mi contorno subterráneo y comprobar que mantiene los anclajes. Viajan por paisajes recorridos, hablan de rostros familiares, releen fragmentos del pasado. Son libres, pero su mensaje tiene el dolor de la lejanía. Todos los recuerdos guardan  el mismo final inacabado que nos sitúa cada vez más lejos del punto de partida. 
                  
                                                                                             
Artículo publicado en Crisis, Revista de crítica cultural nº 5. Erial Ediciones
                               El Pollo Urbano  nº 149. Diciembre 2014

martes, 23 de diciembre de 2014

LAS BIENAVENTURANZAS DEL HOMBRE DE HOY


Las bienaventuranzas del hombre de hoy



Bienaventurados los que esconden la cabeza en un agujero porque ellos serán los últimos en darse cuenta de su error


Bienaventurados los que jamás tuvieron memoria porque no tendrán que recordar si fueron malos


Bienaventurados los ignorantes porque nunca sentirán la necesidad de saber


Bienaventurados los que callan porque con su silencio permiten que cualquiera hable por ellos


Bienaventurados los optimistas porque para pesimistas ya tenemos bastantes


Bienaventurados los soberbios porque desde su altura más dura será la caída


Bienaventurados los inconformistas porque se cansaran de esperar un futuro mejor


Bienaventurados los osados porque la capacidad de atrevimiento  del ser humano es infinita


Bienaventurados los que no tienen nada porque así no deben preocuparse de que alguien se lo quite


Bienaventurados los que piensan demasiado porque terminarán por pensar que ya no les sirve para nada


Bienaventurados los exigentes porque siempre podrán decir que la culpa la tienen otros


Bienaventurados los generosos porque un día descubrirán que están solos


Bienaventurados los mentirosos porque tienen que escribir un diario con todo lo que dicen


Bienaventurados los civilizados porque no saben que serán incluidos en la lista de especies en extinción


Bienaventurados los que mandan porque es muy cansado decidir por los demás


Bienaventurados los fatuos porque tienen que mirarse al espejo a cada instante para reconocerse



Bienaventurados los limpios de corazón porque se les acabará  ensuciando



©Eugenio Mateo

lunes, 15 de diciembre de 2014

PILAR CATALAN EXPONE EN BANK ART FAIR, SINGAPORE, CON OTROS ARTISTAS DE LA GALERIA JAVIER ROMAN


Pilar Catalán ha dejado el amenazador invierno junto al Ebro, para sentarse, cuando cae la tarde, frente a los atardeceres de plata de la costa de Almería. Estoy seguro que sus amigos la echan de menos, como lo estoy también  de que nuevas amistades recibirán la calma remansada de sus ojos allí donde la luz no se mide por horas, sino por colores.
Nos cuenta que  sigue en la brecha y para el extremo oriente se lleva su sapiencia como artista. La Galeria Javier Román de Málaga asiste a una de las más reputadas ferias del emergente mercado asiático, la  2nd BANK ART FAIR que este año se realiza en Singapore en la que es su quinta edición. La galería acude tradicionalmente a la principales ferias de arte internacionales:

FeriaLugarEdición
LineartGante (Bélgica)2002, 2004, 2006, 2008, 2010
Arte InnsbruckInnsbruck (Austria)2006, 2007, 2008, 2011, 2013
Affordable Art FairHamburgo (Alemania)2012
Affordable Art FairMilán (Italia)2013
Art HollandLa Haya (Holanda)2005, 2006
KunstartBolzano (Italia)2008, 2009, 2010, 2012
PuroarteLugo (España)2006, 2007, 2009
MarbartMarbella (España)2006, 2009, 2010, 2012, 2013
OPENART FeriaUtrecht (Holanda)2008, 2009, 2010
Salón de Arte ComprasParís (Francia)2008, 2009, 2010, 2012, 2013
ProponendoForte dei Marmi (Italia)2009, 2010, 2011
Artexpo MiamiMiami (Estados Unidos)2012

Entre otros reputados artistas españoles entre los que destacamos a otro amigo, el valenciano Vicente Heca, nuestra Pilar Catalán, una de las artistas más innovadoras del panorama creativo aragonés, se une al grupo para mostrar la pujanza del arte actual que se hace en España. Le deseamos mucho éxito, tanto en Singapore como en Almería.






Nos envía una preciosa foto de un atardecer almeriense. Le hemos contestado con un poema que resume quizá  emociones compartidas.

foto Pilar Catalán

                     Es atardecer de argentífero desplome
                  el que tiñe un mar donde su une 
                  la promesa de que todo no termina
                  con el sueño de lo que ocurrirá  mañana
                                                                
                                                                                                     E.Mateo
     

AGÜERO, SUS MALLOS Y LA BELLEZA ROMÁNICA DE LA ERMITA DE SANTIAGO, LA JOYA INACABADA


El pasado puente de la Constitución me acerqué, desde mi refugio de Aroa, a visitar a mis amigos José Luis y Carmen, que tienen ahora su residencia en Agüero aunque acuden a su casa a orillas del Pantano de la Peña con mucha frecuencia. La visita era obligada pues Carmen tuvo un accidente doméstico y se rompió el codo del brazo derecho, lo que hace que tenga las consiguientes molestias para desplazarse. Visitar Agüero una vez más es tener ocasión de dejar que mis ojos escalen los mallos que protegen el conjunto. Además, otros amigos como Juan, Fernando  o el matrimonio Patrice y Francoise, mis entrañables amigos de Bartosín, que viajan desde París de propio varias veces al año atendiendo la llamada desde su pasión por estos parajes, también tienen intereses anímicos con el precioso rincón en el que el reloj se ralentiza al compás de los aleteos elegantes de los buitres. Agüero es, por tanto, un lugar talismán. Una bella postal donde la vida bulle con otro ritmo.
Otro de mis objetivos aprovechando el paseo era fotografiar de nuevo la ermita de Santiago, una de las joyas románicas del Reyno de los Mallos, y de todos los templos de ese periodo en  Aragón.
Siendo puente, lo más fácil sería pensar que la persona que ejerce de guarda estuviera presente para permitir el acceso a la visita, como ocurre en los fines de semana del verano, pero lamentablemente no fue el caso y al no avisarle, pensó que no habría muchos visitantes y no abrió. Craso error, el día era esplendido y coincidí con mucha gente, que como yo, se acercaban a ver de cerca la impresionante ermita. Nos quedamos con las ganas y me tuve que contentar con tomar fotos del exterior. 
La ermita de Santiago de Agüero es un templo singular. Datado del XII, hay en su construcción e historia muchas incógnitas.Cuando se  le mira con atención surgen cuestiones que sorprenden. A la vista está que el lado del poniente no tiene la misma factura y elegancia de los ábsides del lado del naciente; parece, pues, que el templo fue terminado de manera precipitada y el muro es un conjunto de materiales reciclados para terminar de forma abrupta un proyecto que en su planta tenía unas dimensiones, envergadura y solemnidad, destinado a un edificio religioso del máximo porte en los tiempos del rey Ramiro II. Hay muchas teorías sobre el porqué de este final inesperado, todas posibles. Yo me inclino por la que señala que este templo era un magno y regio proyecto de monasterio en el que viviría, en los últimos años de su vida,  Ramiro II, padre de Petronila, casada a los tres años con el conde catalán Ramón Berenguer IV. Por eso, la construcción, en su primera fase, fue muy elaborada, con una evolución del Románico a los primeros pasos del Arte Cisterciense que la convertirían en la joya de la arquitectura religiosa del reino. Según esa teoría que defiende el estudioso más autorizado, A. Garcia Omedes, muerto Ramiro en 1157, su yerno, Berenguer, no quiso continuar con la construcción por el gasto que acarreaba y derivó a los canteros a sus propiedades condales de Poblet. Permitidme la maldad pero añadiré, que si fue así lo ocurrido, tenemos la primera prueba del seny de nuestros primos mediterráneos para con nuestra historia, corona catalano-aragonesa, catalano-barcelonesa, aragonesa-butifarrera, o lo que se quiera decir, que para eso están los instrumentos de la propaganda y la manipulación, todo por no decir simplemente REINO DE ARAGÓN. 
Añado solamente el detalle de la portada, atribuida al Maestro de Agüero, autor también del claustro de San Juan de la Peña. En un edificio como éste, una puerta tan pequeña no tiene sentido; si acaso de puerta accesoria al mediodía, quizá para comunicar con un claustro hipotético, pero secundaria. A pesar de que la puerta principal iría en el lado del poniente, tiene razón de ser pensar que esta hubiera sido mucho más grande y suntuosa. No quita mérito a la obra del maestro de Agüero pues la portada que podemos admirar hoy día es magnífica herencia de la historia. Es Santiago un lugar que ayuda a tantas hipótesis como seamos capaces de fabular, pero único. Otro día traeremos fotos del interior, en el que se guardan las claves de lo que pasó realmente, claves que se resisten a dejarse interpretar, pero ahí están, invitándonos a saber.


Mallos de Agüero


Conjunto urbano de Agüero


Murallón de un mallo




Portada XII  obra del taller del Maestro de Agüero

Abside central y lado norte

Abside central

friso historiado en el abside central
Capiteles del Maestro de Agüero

bailarina y arpista

Tímpano de la Epifania. 
combate a maza entre caballeros musulmanes y cristiano
Modillón. Dragón muerde la pierna de un hombre con maza

dos fieras devorando un carnero, lado este de la portada

tejaroz con ménsulas, contrafuertes y falso arco
Mensulas del tejaroz  Pareja de bailarinas
dragón   ménsula

Arpia   ménsula
lado del poniente terminado precipitadamente
Capiteles decorados con motivos geométricos
columnas contrafuertes
ventana aspillera

capitel en el muro de poniente sobre columna que hubiera sido interior


Agüero y los Mallos


fotos Eugenio Mateo