El pasado puente de la Constitución me acerqué, desde mi refugio de Aroa, a visitar a mis amigos José Luis y Carmen, que tienen ahora su residencia en Agüero aunque acuden a su casa a orillas del Pantano de la Peña con mucha frecuencia. La visita era obligada pues Carmen tuvo un accidente doméstico y se rompió el codo del brazo derecho, lo que hace que tenga las consiguientes molestias para desplazarse. Visitar Agüero una vez más es tener ocasión de dejar que mis ojos escalen los mallos que protegen el conjunto. Además, otros amigos como Juan, Fernando o el matrimonio Patrice y Francoise, mis entrañables amigos de Bartosín, que viajan desde París de propio varias veces al año atendiendo la llamada desde su pasión por estos parajes, también tienen intereses anímicos con el precioso rincón en el que el reloj se ralentiza al compás de los aleteos elegantes de los buitres. Agüero es, por tanto, un lugar talismán. Una bella postal donde la vida bulle con otro ritmo.
Otro de mis objetivos aprovechando el paseo era fotografiar de nuevo la ermita de Santiago, una de las joyas románicas del Reyno de los Mallos, y de todos los templos de ese periodo en Aragón.
Siendo puente, lo más fácil sería pensar que la persona que ejerce de guarda estuviera presente para permitir el acceso a la visita, como ocurre en los fines de semana del verano, pero lamentablemente no fue el caso y al no avisarle, pensó que no habría muchos visitantes y no abrió. Craso error, el día era esplendido y coincidí con mucha gente, que como yo, se acercaban a ver de cerca la impresionante ermita. Nos quedamos con las ganas y me tuve que contentar con tomar fotos del exterior.
La ermita de Santiago de Agüero es un templo singular. Datado del XII, hay en su construcción e historia muchas incógnitas.Cuando se le mira con atención surgen cuestiones que sorprenden. A la vista está que el lado del poniente no tiene la misma factura y elegancia de los ábsides del lado del naciente; parece, pues, que el templo fue terminado de manera precipitada y el muro es un conjunto de materiales reciclados para terminar de forma abrupta un proyecto que en su planta tenía unas dimensiones, envergadura y solemnidad, destinado a un edificio religioso del máximo porte en los tiempos del rey Ramiro II. Hay muchas teorías sobre el porqué de este final inesperado, todas posibles. Yo me inclino por la que señala que este templo era un magno y regio proyecto de monasterio en el que viviría, en los últimos años de su vida, Ramiro II, padre de Petronila, casada a los tres años con el conde catalán Ramón Berenguer IV. Por eso, la construcción, en su primera fase, fue muy elaborada, con una evolución del Románico a los primeros pasos del Arte Cisterciense que la convertirían en la joya de la arquitectura religiosa del reino. Según esa teoría que defiende el estudioso más autorizado, A. Garcia Omedes, muerto Ramiro en 1157, su yerno, Berenguer, no quiso continuar con la construcción por el gasto que acarreaba y derivó a los canteros a sus propiedades condales de Poblet. Permitidme la maldad pero añadiré, que si fue así lo ocurrido, tenemos la primera prueba del seny de nuestros primos mediterráneos para con nuestra historia, corona catalano-aragonesa, catalano-barcelonesa, aragonesa-butifarrera, o lo que se quiera decir, que para eso están los instrumentos de la propaganda y la manipulación, todo por no decir simplemente REINO DE ARAGÓN.
Añado solamente el detalle de la portada, atribuida al Maestro de Agüero, autor también del claustro de San Juan de la Peña. En un edificio como éste, una puerta tan pequeña no tiene sentido; si acaso de puerta accesoria al mediodía, quizá para comunicar con un claustro hipotético, pero secundaria. A pesar de que la puerta principal iría en el lado del poniente, tiene razón de ser pensar que esta hubiera sido mucho más grande y suntuosa. No quita mérito a la obra del maestro de Agüero pues la portada que podemos admirar hoy día es magnífica herencia de la historia. Es Santiago un lugar que ayuda a tantas hipótesis como seamos capaces de fabular, pero único. Otro día traeremos fotos del interior, en el que se guardan las claves de lo que pasó realmente, claves que se resisten a dejarse interpretar, pero ahí están, invitándonos a saber.
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Mallos de Agüero |
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Conjunto urbano de Agüero |
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Murallón de un mallo |
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Portada XII obra del taller del Maestro de Agüero |
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Abside central y lado norte |
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Abside central |
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friso historiado en el abside central |
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Capiteles del Maestro de Agüero |
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bailarina y arpista |
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Tímpano de la Epifania. |
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combate a maza entre caballeros musulmanes y cristiano |
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Modillón. Dragón muerde la pierna de un hombre con maza |
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dos fieras devorando un carnero, lado este de la portada |
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tejaroz con ménsulas, contrafuertes y falso arco |
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Mensulas del tejaroz Pareja de bailarinas |
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dragón ménsula |
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Arpia ménsula |
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lado del poniente terminado precipitadamente |
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Capiteles decorados con motivos geométricos |
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columnas contrafuertes |
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ventana aspillera |
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capitel en el muro de poniente sobre columna que hubiera sido interior |
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Agüero y los Mallos |
fotos Eugenio Mateo
Buena descripción,, de un rincón del ARAGON profundo
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