No ardía el cielo aunque lo pareciera. Era más bien una conjunción de lo incontenible en un estallido de vapor herido de muerte por un sol agonizante que antes del ocaso pretendió teñir de rojo lo volátil. Ni la fragua de Vulcano ni el fuego hambriento de relieves eran ciertos, pero el tinte de amenaza de las nubes trajo la noche de la mano de las apariencias. Callaron sus trinos los vencejos, hasta el silencio se sonroja en los instantes que el viento de altura modela sin descanso los colores de fuego, la vida se nos muestra como es, marmita bullidora bajo manos de alquimista que guarda muchos secretos.
Se encienden las primeras luces en Aroa...
Cae la noche sobre Peña Ruaba |
Atardecer en la sierra |
Se encienden las primeras luces en Aroa |
Fotos Eugenio Mateo
Te envidio.
ResponderEliminarÁngel Hdez. Mostajo
eres un buen fotógrafo, sí señor...
ResponderEliminarUn abrazo desde Ribadesella.
Impresionantes las fotografías. Preciosas. Y mas conociendo el lugar que, como sabes conozco. Te felicito.
ResponderEliminarJuan José
Maravilla de fenómeno. Si no lo cuentas, cualquiera creería que se trata de un Krakatoa en erupción o de un incendio forestal al menos. Un abrazo. Víctor.
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