Qué mala suerte hemos tenido los que hemos nacido, o los que la han elegido para vivir, en Aragón, que cada día nos tienta más llamarle Oregón, que por lo menos nos divierte. Digo esto porque nuestra minoría en términos de población, en la estadística del pais, nos quita cualquier posibilidad de forzar ninguna negociación, aparte de los intereses espúreos de sumisión partidista, que consiga acercar el ascua a nuestra sardina.
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Ahora resulta que, como al parecer, el "establishment" del P.S.O.E., anda algo mosqueado porque nuestro Marcelino, a la sazón jefe de la banda cachirulera por elección popular, no quiere presentarse más a la reelección para ser el vocero de Madrid, (o quizá es que echa de menos sus montañas de Bonansa.- no confundir con Bonanza- cosa que le envidio) le están presentando las facturas del convite con cargo a todos los de abajo, de todos los chifletes que nos hicieron creer que nos regalaban. Todo porque su sucesor, como baranda de los "sociatas" aragoneses, no tendrá la más mínima oportunidad de competir con la baranda de los otros "pepes", Luisa Fernanda, para los amigos y los no tanto. Y todo por la mercadotecnia, ciencia ciertamente no infusa sino difusa, que manejan con descaro los nuevos yuppies de salón.
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Bien, pues personajes a los que nadie ha elegido y que provienen de las catacumbas del partido, como el ínclito Pepiño Blanco, que me recuerda, -Dios me perdone-, a la cara de felón que tenía Fernando VII, se venga en nuestro devenir como pueblo sin Sinaí y decide que (total por una más, quién se va a poner a rechistar) la linea del Canfranc tiene los días contados. Y para que conste, a quién pueda interesar, empieza paralizando una obra, asignada oficialmente, de mejora en el trazado de la linea férrea, desde La Peña hasta Anzanigo y para la que, previamente, se han ido almacenando traviesas y railes traidos de las líneas catalanas obsoletas y que yo, como residente en ese municipio, he presenciado y sufrido -pues la carretera a la estación parte mi finca en dos- durante meses desde el año pasado, permaneciendo hoy día, como atestiguaba Heraldo de Aragón, apiladas ordenadamente en la vieja y destartalada estación de la Peña.
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¡Carpetazo! ¿ Me entienden? ¡Carpetazo, porque soy el Ministro de Fomento y soy el que paga!
como le recordó a nuestro Marcelino, en presencia de los ministros de Francia y Portugal, cuando vió que se hablaba de la Travesía Central con sentido común y estos franchutes -pensaría Pepiño- me van a joder las elecciones en Cataluña si le quito esa baza, a mi "amigo Montilla", del Corredor Medíterraneo. Claro, que por joder a los gabachos, me llevo por delante a esa cuadrilla de "desustanciaos" que todavía creen que somos todos uno, en beneficio de los que a buen seguro, nos cobrarán royalties por peajes de aduana el día de mañana, pero que nos ayudaran a equilibrar la balanza de pagos porque el Estado ingresará divisas con la bandera cuatribarrada, pero la auténtica, la del españolista de izquierdas y no la de derecha catalanista.
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Ya le veo, con ese gesto de relaminarse un flan de huevo, urdiendo planes que a nadie confiesa, y mientras tanto, se llevará por delante al partido en esa zona en las próximas elecciones municipales, porque esta Corporación, la de las Peñas de Riglos, dirigida con mano de hierro por un alcalde que ha sido tán hábil, a pesar de su aspecto, de nadar y guardar la ropa desde los tiempos del Movimiento Nacional hasta hoy, agarrado al cargo, transitando por todas las tendencias, con excepción de I.U. y CHA, se ha gastado una suma considerable, con cargo al PLAN E, de las narices, para levantar pasos aéreos sobre la vía en dos tramos en los que jamás ha habido ni siquiera un susto, pues conviene recordar que el tránsito diario es de tres convoyes, pero que ahora, merced a nuestro querido ministro, aprendiz de Maquiavelo, van a ser tan inútiles, como inútil es esta diatriba que os estoy endilgando. ¡Cuantas obras, necesarias de solemnidad, se habrían podido acometer con este despilfarro increible en aquellos parajes!
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Mientras, casos como éste, los podemos extrapolar allende las Autonomias, porque en todas partes cuecen habas. Pero en la nuestra escuece más, pues no ha terminado la sodomización que nos ha dejado el culo como un abrevadero de patos, y vuelven a meternos otro cuarto de kilo a lo bruto, -como dice la jota- "estoy harta que con esos cojonazos me llenes el coño de tierra". (sic)
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Va a ser conveniente que los pocos que somos, pero vamos a verlo, nos atemos el uno al otro, y distribuidos con "sesera", obliguemos al AVE a parar, a ver si de paso bajan los precios por detenerse en territorios devastados. También y como si nada, nos tumbamos a la bartola, como especialidad de la casa, pero encima del pavimento de las A2. AP2. A23. AP68. ¡ A VER POR DONDE PASAN!
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Se van a enterar lo que significa ser la llave. No de la negociación para obtener el poder, sino la llave del tráfico nacional, que tampoco es cosa baladí. ¡¡¡Eso sí que sería una huelga general!!!
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¿Nos atrevemos?
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Eugenio Mateo
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