Con este ripio saludo al nuevo ejemplar del irreverente pollo que continúa picando en todas las seseras que encuentra, para jolgorio de grandes y enanos y terror de escribas y fariseos. A falta de pan, buena es la ironía y si además se moja en un poco de mala leche, el bollo permite al vivo no caer en el hoyo del aburrimiento, sobre todo mental, que es el peor, pues ya se sabe que en la cabeza, ademas de los afortunados que tienen pelo, se suele contener un recipiente donde se guardan las reliquias de uno mismo y es muy triste no saber reírse, aunque sea de nuestra sombra. Dando estopa y cultura, Dionisio Sanchez, el "capo di capi" quiere perpetuarse en la historia de los más conspicuos cabezudos aragoleses, lo malo es que es negro, aunque él no lo sepa (sospechar, lo sospecha, eso sí) y cuando salga en la foto de los prohombres aparecera en negativo, sin revelar. No podremos observar las cuqueras y los moratones, pero yo sé de mas de una pared que no lo ha podido contar después del encuentro con Dionisio.
Adelante, y aún que no nos hayamos comido los huevos fritos planeados, cuando vayas para Osia, pásate por mi cabaña de la Peña que nos los haremos sobre la marcha, con unos "traguicos" de vino además.
A no reblar,pues, maño.
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Eugenio Mateo
colaborador del Pollo Urbano
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