OPINIONES Y HECHOS: ABD VICTOR EN LA MEMORIA DEL ARTE ARAGONES

miércoles, 20 de febrero de 2013

ABD VICTOR EN LA MEMORIA DEL ARTE ARAGONES

Esas invisibles estrofas escritas en el libro del destino hicieron que desde Hassake, allá en la lejana Siria,viniera a recalar en estas tierras un artista joven buscando el remanso donde poder beber de la pintura, su pasión, acaso el único motivo de sus anhelos. Se integró como se integran los limpios de corazón, con la generosidad de los que no piden nada. Pintó, pintó sobre cualquier soporte que se lo permitiera y en cada una de sus primeras obras no nos fue difícil intuir que era un artista distinto; en cada exposición, la desbordante libertad de sus cuadros venía a sacudir su propio estilo y al final la magia de su pintura se extendió por galerías y museos. ABD VICTOR podía decirse al fin que todo había merecido la pena.

Anteriormente a su venida a Zaragoza en 1980, Abdahad Jerjo Toma gozaba de prestigio en el mundo del arte en Siria y Líbano pero se le quedaba pequeño; quería vivir en un país de grandes maestros de los que aprender, en un país donde pintar no fuera tan difícil y aquí lo encontró. No puede caber ninguna duda de que hoy día su carrera sería un referente en el arte actual pero la muerte,-ay-,no quiso concedernos ese gozo. Murió en 1995, víctima del cáncer y arropado por el respeto y el reconocimiento. La ciudad le rindió un postrer homenaje con la magna exposición antológica en el palacio de La Lonja, en 1997, que permitió a los zaragozanos una inmersión en su memoria. Su título ABD VICTOR.

Su legado está en buenas manos. Su hijo Víctor, que cuando murió el pintor tenía sólo diez años, ha crecido a la sombra de su estela y tiene la decisión de honrar su nombre mostrando de nuevo los tesoros que cobija. Ojalá los podamos contemplar el día menos pensado.