miércoles, 1 de mayo de 2013

DOS MIRADAS. FOTOGRAFÍAS DE TEO FÉLIX Y MIGUEL SANZ EN EL ESPACIO CULTURAL ADOLFO DOMINGUEZ





                                                                 
 
 A nuestro Espacio le gusta la fotografía y la acoge con gusto en su programación de exposiciones. Esta noche reunimos a dos fotógrafos cuyas  miradas  van más allá de la simple visión de lo que les rodea.

 La de Teo Félix es de amor por el paisanaje que nos presenta una galería humana tejida por los rostros de los viejos en los que sus ojos son pozos que guardan la memoria, y de los jóvenes, con la inocencia bailando en ellos, por momentos en los que no existe el tiempo. Fotografías antropológicas que nos hablan de seres cercanos y a la vez primigenios. La labor de fotógrafo ocupa en Teo sus reflexiones, pues reflexiones son cada imagen; la pastoral le lleva al compromiso con sus iguales, la docente a enseñar a comprender. Su mirada es limpia y positiva, su objetivo cercano a la piel.

La de Miguel es la del callejero que busca en los rincones la luz para jugar con ella. Llega a la fotografía a través de la ilustración y del diseño gráfico en los que trabaja desde hace 35 años. Su palmarés de exposiciones es dilatado y sus fotos son conocidas a nivel internacional. En su técnica se mezcla el instinto pictórico, el dominio del dibujo, la composición del encuadre, todo al servicio de la imagen que nos devuelve una realidad onírica, de ciudad dentro de otra ciudad que se  deja recorrer desnuda de habitantes. Las fotografías de Miguel nos hacen imaginar desde rincones poco reconocibles cómo sería la ciudad de nuestros sueños.

En nombre del Espacio Cultural Adolfo Dominguez  damos las gracias por esta magnífica exposición a los dos fotógrafos que de modo distinto practican la filosofía de la observación. Nos sentimos muy honrados de recibirlos.




Dos miradas
                                                                     


















 fotos Eugenio Mateo

1 comentario:

  1. Fantástica exposición. La realidad desde cuatro objetivos, dos cámaras y dos fotógrafos. Para quitarse el sombrero ante los personajes de nuestra historia de un ayer muy próximo y nuestra ciudad como nunca la hubiese imaginado, incluida la calle Alfonso vacía de personas; sólo dos palomas en representación de toda una una población. Gracias a los dos fotógrafos y a Eugenio por organizar este festival de emociones visuales.

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