Sentir la lluvia insistente en esta primavera enajenada permite cambiar de muda al modo de las culebras que hoy esperan en el fondo de su agujero; si gris es el cielo, en la tierra mojada el verde explota, todo está despierto pero desperezándose, presto al calor que tiene que llegar, secuestrado en los últimos baluartes de un invierno tan largo como incomprendido. Las negrillas han cambiado su puesta en escena y creen que es otoño, se equivocan y morirán de forma anticipada, mientras la lluvia se obstina en lamer las jóvenes promesas que los pájaros picotearan cuando sazonen, las perlas transparentes hacen acuosas a las rosas -te regalo pétalos de nácar- el aire guarda aromas de flor y yerba fresca, aliento de clorofila entre las oleadas de borrascas.
Hundo mis botas en el barro y a cada paso un pesado grumo se levanta conmigo, aspiro en cada bocanada el aviso de la tierra con la sed calmada, presiento la sequía pero este año será distinta. Está lloviendo sobre mojado en la Galliguera y las madreselvas amenazan con invadir los huecos por donde veo el pantano.
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| Tricoloma otoñal pero ahora primaveral |
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| Cosecha de flores silvestres con rosa |
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| flor de acacia |
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| jazmin |
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| flor de piracanto |
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| Salvia y orégano |
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| brotes tiernos |
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| Bruma en La Chuata |
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| Prunus rojo |
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| Madreselva |
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| promesa de peras |
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| Los estorninos acabaran con ellas |
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| Llueve sobre mojado |
fotos Eugenio Mateo
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