Os invitamos a compartir las últimas propuestas de Alicia Sienes -que viene preparando desde hace un tiempo- sabedores de que Alicia gusta dar a luz proyectos expositivos cargados de reflexión en los que funde arte, literatura y filosofía. Para los que no la conozcáis os diré que a los
13 años ganó un concurso de pintura de la Diputación Provincial de Zaragoza y
que desde los 14 acudió a la escuela de artes y oficios en la que obtuvo el
título en decoración. Estudió en la Escuela de Bellas Artes de Boston y en la
academia Kaji Aso sobre el sumi-e
japonés. Hoy
día sigue formándose en diversas
academias privadas de Zaragoza. Su primera individual en el 88 fue en el Banco
Hispano 20. Luego han venido las de El pequeño teatro de los sueños, El Festín
de Babel, Biblioteca de Aragón, la pantera rosa, estudio K-Pintas y la
colectiva del pasado verano en el Espacio Adolfo Dominguez.
De lo espiritual en el arte...abstracto
Alicia nos habla de la estrecha relación entre el arte abstracto y la espiritualidad, y más concreto de la espiritualidad de la Teosofía, siendo esta relación casi desconocida en general salvo para aquellos que indagaron. Es una realidad oculta (de ahí el simbolismo de la cortina negra que esconde esa búsqueda espiritual por caminos poco convencionales) no obstante, los precursores de la abstracción como Kandisky, Malevich, Mondrian, Kupka, Klee o Hilma Af Klint indagaron sobre el misterio en esa realidad que escapa a nuestra mente.
La Teoría Teosófica postula que la creación es una progresión geométrica a partir de un solo punto. El lema, según su fundadora Helena Blavatsky, es: No hay religión superior a la verdad
Alicia toma del libro de Kandisky " De lo espiritual en el arte" los elementos de unión que conforman el planteamiento estético de la exposición. En su búsqueda encuentra la figura de la artista sueca Hilma Af Klint, nacida en 1896, cuya extraordinaria personalidad la hizo pionera del arte abstracto a través del espíritu. Sin embargo su carrera cobró cierta notoriedad en su país como pintora naturalista. A su muerte, en 1944, legó a sus herederos más de mil obras abstractas que en su testamento prohibió que fueran exhibidas hasta pasados veinte años aunque hubieron de pasar otros veinte para que al final pudieran ser presentadas. Sus primeras obras son de 1906, dos años antes que Malevich, Kandisky o Modrian, que aún son tratados como precursores del arte abstracto. Todos ellos estuvieron muy ligados a las corrientes espirituales la época como la Teosofía y la Antroposofía.
En las obras, pinturas y collages, que esta tarde nos presenta Alicia Sienes se proponen dos búsquedas: la de respuestas para el alma y la del mensaje que trasmita el proceso. Cada una de ellas son la inmersión que brota de nuevo convertidas en geométricas estancias del espíritu.
con citas de Alicia Sienes
fotos Eugenio Mateo
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