domingo, 4 de octubre de 2009

NAUFRAGIO

llevo muchas horas colgado de un mástil, viendo como mi barca naufraga, esperando vientos imposibles que me acerquen a tierra firme y las horas pasan sin traer señales. He afrontado más fuertes temporales y nadado contracorriente siempre sin ayuda. Esta vez no será diferente y en el último momento vendrá la suerte a socorrerme de nuevo, fiel escudera, mejor nodriza.

Pero lanzo la botella con el mensaje, por si acaso.





Estaciones enteras
fueron cayendo del calendario
cuando mi mano
sin conocer siquiera
el destino que encerraban,
las convirtieron en papel
sin más uso que el fuego
y con el humo de la hoguera
ardieron los años y el futuro
que aún me aguarda,
unidos los dos en volutas imposibles
hasta esfumarse para siempre,
sin darme cuenta
que el tiempo no sabe jugar
a poner limites
y solo soy un juguete en desuso
con el reloj cambiado,
transeunte en el camino sin retorno
cambiando de parada y fonda
al compás de lo imprevisto
según venga vereda o autopista
solsticio o equinocio
alegría o lágrimas de almohada,
por tanto sueño aplazado
que ha quedado tirado en la cuneta
de los pasos perdidos
que renunciaron al recuerdo de las mareas
por donde transcurrían
las últimas aspiraciones para poder
quedarnos como fuímos,
en los días que aún éramos nosotros

Eugenio Mateo. 3.10.09












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