miércoles, 28 de agosto de 2013

REGRESO AL BOSQUE DE CARLAC. ITINERARIO BAUSEN-CARLAC-BAUSEN


Las casi tres horas que cuesta realizar la travesía circular de Bausén- Bosque de Carlac-Bausen pueden ser toda una lección de naturalismo durante los siete kilómetros de su trazado. Habíamos prometido a nuestros amigos Victor y Teresa una jornada inolvidable y creo que el lugar no excedía tal adjetivación. En este mismo blog hay otra entrada sobre el bosque en otoño. Ahora, en esta ocasión, el verde vibrante de las hayas le daban otro aspecto pero la misma magia nos recibió cuando subiendo por la senda desde Bausén en dirección al Pónt de Rei, la frontera con Francia, fuimos dejando atrás los robles, fresnos y servales para recibir el aliento fresco y milenario de esta hayas que cobijan, seguro, faunos y ninfas.

La "bisoñez andarina" no es un gran obstáculo salvo en alguna rampa en las que la falta de practica pasa factura a las tibias de los neófitos pero la contemplación de esta maravilla natural hizo que a mis compañeros, Victor, Teresa y Sofía, las piernas se olvidaran de quejarse y poco a poco se fueron contagiando de la penumbra y de mi paso y libres de prejuicios nos sentimos parte del misterio que acecha en cada tronco.

EL fino olfato de las mujeres detectó un aroma nauseabunda y al poco señalé un ejemplar adulto de un Phalus Impudicus, que con su erección permanente atraía a su prepucio a las moscas de libido equivocada. Una gran sorpresa para el que nunca ha visto esa seta y una gran prueba para los que presumen de medidas. La cuesta, con un desnivel del 33%, hacía intuir la coronación de la cumbre y de pronto todas las brujas y duendes se quedaron atrás, temerosos de la luz que despiadada, refugiados en la impenetrable sombra de las ramas, abría el horizonte bajo la presencia altiva del Collado de Vacanera a través de un senda tapizada de helechos, como un mar verde en reposo sin brisa que lo agite. Estábamos en el Coret de Pan

Desde aqui, lo que supuso esfuerzo para coronar, se convirtió en desgaste de descender; esta vez eran las rodillas las que tuvieron que aprender que todo lo que sube, baja y tampoco hubo quejas, solamente algún lamento para llamar mi atención, guía inclemente y sordo a los impedimentos de los neo conversos a las alturas. Una fuerte bajada y las primeras bordas de Bausen hacen intuir el final de un paseo que calma el espíritu y colma la curiosidad del senderista.

Ojalá, la próxima vez, atisbe por fin al hada de tules transparentes y muslos de plata. Es un deseo insatisfecho que guardo desde que descubrí donde vive, en un rincón oscuro de un viejo corpachón de madera que ha visto desfilar tantos atardeceres.


Herida por el rayo

Hayedo de Carlac









Esfuerzo

El ogro


Con Victor y Teresa

Claro del bosque

Coret de Pan

Teresa, Sofía y Victor

Bajada del Coret de Pan entre helechos  1175m

Borda de Bausen
fotos Eugenio Mateo

martes, 27 de agosto de 2013

"SATURACIONES" NUEVA EXPOSICIÓN DEL FOTOGRÁFO MIGUEL SANZ


El próximo día 12 de septiembre tendrá lugar la inauguración de la nueva exposición del fotógrafo zaragozano Miguel Sanz en la SALA NAZCA.

Esta nueva serie de fotografías recogen sobre todo elementos arquitectónicos como puertas y ventanas, que son temática de su preferencia, tratados digitalmente, obteniendo unos efectos de saturación zona por zona que consiguen el efecto pictórico que define el trabajo incansable de este artista de la fotografía.

Me ha pedido que sea el presentador del acto a lo que no puedo negarme por la generosidad que Miguel demuestra permanentemente con sus amigos. De manera que os esperamos.










fotos Miguel Sanz

lunes, 26 de agosto de 2013

CAMINO NATURAL DE LA HOYA DE HUESCA. DE MURILLO A RIGLOS


La travesía desde Murillo a Riglos es una excursión amable y accesible a todo tipo de caminantes. Lo es gracias a la flamante pasarela que permite salvar el Río Gállego, único escollo real del recorrido, acercando ambas localidades de la Galliguera, de las más importantes del Reyno de los Mallos, a una distancia de 5 km que en menos de una hora sitúa al senderista  a los mismos pies de los Mallos de Riglos.

El día es ventoso por cierzo y evita el desanimador calor que en estos parajes es habitual en verano lo que hace del paseo una delicia pedestre. La pasarela es una obra robusta y segura aunque hemos visto varias tablas sueltas y muchos tornillos fuera de su rosca que suponemos estará previsto reparar. Ha sido puesta en funcionamiento recientemente dentro del recorrido del Camino Natural de la Hoya de Huesca, que con 132 km une Agüero hasta Bierge, conectando después con el Camino Natural del Somontano. Esta ruta sería pues la etapa segunda y otro día recorreremos la primera de Agüero a Murillo. Hay, al parecer, muchos detractores del trazado del camino pero en mi modesta opinión la preparación del balizamiento necesario y la instalación de escalones de madera en sitios oportunos confiere al sendero la categoría de gran ruta; puestos a criticar hablaríamos de la escasa presencia de senderistas a la vista de los pocos con que nos hemos cruzado tanto en la ida como en la vuelta, teniendo en cuenta la época y el día tan propicio; pero, en fin, a veces, los "salvadores" de la naturaleza dicen cosas un tanto extravagantes.





Cruzamos la pasarela sobre un Gállego de apreciable caudal. Atrás velan los murallones de Peña Rueba, pico en el que hay varias vías ferrata para los amantes de las emociones fuertes. En una subida terrosa impracticable con lluvias se han instalado varias rampas de escaleras de madera que en un santiamén salvan el cauce sin esfuerzo. La senda recorre el corte del barranco para desembocar en el plano desde el que se divisan los cercanos mallos y se alejan los contornos del caserío de Murillo de Gállego. Conforme nos acercamos a Riglos la vegetación se hace más tupida como resultado de los arroyos que este año bajan más vivos. Hemos dejado atrás eriales y olivares, también almendros.

Río Gállego y al fondo Peña Rueba  1193m



El próximo 15 de septiembre por este mismo recorrido se celebrará una carrera pedestre que organiza el Ayuntamiento de Murillo. Así rezan los carteles sobre las marcas del camino
y será, sin duda, una buena prueba de resistencia a la que excusaremos nuestra asistencia...


Camino Natural. Al fondo El Fire, Pisón, Volaos, Cuchillo, Frechín y Visera, los Mallos más importantes


Por una amplia pista llegamos al apeadero del ferrocaril en Riglos y nos viene a la memoria el plano de la película de José Luis Borau "Tata mía". El eco, desde las paredes vertiginosas de los Mallos, nos recuerda que hoy domingo las vías de acceso a sus cumbres están ocupadas por los escaladores que juegan con el riesgo no siempre calculado. 

Apeadero

Orquídea


A la entrada de Riglos hay que destacar un muy cuidado olivar en el que sus ejemplares centenarios ofrecen a la vista del recién llegado una prueba del paso del tiempo, que se esconde por unos troncos tan enigmáticos como su devenir. Entre las filas imperturbables de los olivos adivinamos el Gállego y la silueta de Murillo sesteando al sol. Riglos nos recibe con los colores de sus flores brillantes de frescura y agua milagrosa.



Olivos centenarios, al fondo el Gállego y Murillo.

Escuela de Riglos bajo el Pisón

La historia de este rincón va unida a las proezas de los hombres. Las desafiantes paredes de conglomerado han sido testigos de gloria y muerte, también de muchas porfías de conseguir lo imposible. Su propio origen es en sí un reto, el último plegamiento de la montaña antes de ceder a la planicie, bastiones de argamasa donde crían los buitres y los cíclopes, fondos marinos que se yerguen sobre una tierra que los mira con envidia. La historia de la Tierra se deja asir por el escalador en cada presa.

Pasado esplendor campesino

Riglos es la capital del municipio de las Peñas de Riglos y la capital de la escalada en Aragón. Sus gentes viven tranquilas al margen de los intrépidos, de los turistas con sandalia y calcetines, de los mirones que esperan en el fondo ver precipitarse a alguien al vacío, de los que sienten envidia de los años mozos. Hay vías abiertas por buenos amigos como Julio Porta, Blas Heredía, Nanín, que significa ser el primero en pasar la prueba de la ruleta rusa, figurar en el libro de firmas de sus cumbres. Todavía, a veces, la suerte no acompaña y la muerte gloriosa se lleva a buena gente, experta y generosa con la montaña como el viejo guerrero Ursi Abajo con quien compartimos veladas en noches de nevada y al que sus años no impidieron morir como un joven. Descanse en paz.



Levantarse por la mañana y saber que se está a merced del desplome es una sensación que los Rigleros llevan con toda naturalidad. Sobre los tejados pende la amenaza constante de una pedrada desde las alturas pero las manos de los dioses que las pueblan solamente tejen corrientes donde vuelan aves que planean en largos circunloquios. Los rezos en la capilla de Nuestra Sra. del Mallo saben escalar y la campana de su torre tiene un diapasón de roca, que convierte las horas en llamadas replicantes. Todo es magia y suspensión; he oído a unos turistas quejarse de que les duele el cuello y estuve a punto de decirles que la mejor vertical es la que se ve desde la horizontal. Es domingo, verano, por las chimeneas del Pisón asciende una cordada, se escuchan las blasfemias que el miedo teje, el tiempo pasa y queda la mirada colgada de un "extraplomado" de grado 7.



Iglesia de Riglos

Vista de la Galliguera

Dos titanes: Peña Rueba y el Mallo Pisón

El Fire, la verticalidad inmutable


fotos Eugenio Mateo

jueves, 22 de agosto de 2013

ESTAMPAS ARANESAS. VERANO 2013


Sant Joan de Torán es un pequeño y pintoresco pueblo agregado de Canejan y que se encuentra al fondo de la Val de Torán, a 1035 m de altitud. La leyenda habla de asentamiento de templarios pero en realidad por aquí el tiempo se detuvo hace mucho limitándose a formar parte de la naturaleza onmipresente. Donde los ojos pierden el detalle, hacia el oste, lucha con las nubes la cresta mineral de Vacanera. Hemos venido esta vez para enseñar a nuestros amigos, Tere y Victor, el Arán profundo y les veo entusiasmados, respetuosamente integrados en la liturgia de los bosques que nos circundan con sus voces de duende.




 Descendemos el valle para volver a subir por la carretera hacia Canejan, que desde sus 960 metros vigila la frontera, que ya lo era en tiempos de los romanos cuando construyeron sobre esta altura un castro defensivo. Fue también el primer pueblo conquistado por los combatientes que traían el ideal de restaurar la República después de la victoria de Franco. Las cercanas Minas de Liat aportaron durante siglos, hasta principios del XX, una intensa actividad para sus habitantes. Desde su mirador vemos discurrir la vida del Baix Arán con Les y Bossost como zocos en busca del francés. La intrincada boscada del Puerto Portillón silva al paso de un ciclista. En el descenso a la carretera nacional encontramos la indicación para llegar a Bausén. Es sólo una breve visita, mañana traeremos a nuestros amigos para la excursión del bosque de Carlac, que seguro no olvidarán.






                                                                             

 Casau está a los pies del imponente Montcorbison con 2170 m. Es la primera población de Aran descendiendo desde el Túnel de Viella y su caserío domina sobre Vielha y encara las lejanas laderas de Baqueira. Es un lugar tranquilo, ajeno al trajín de allá abajo, a salvo de visitas multitudinarias, un rincón visible y poco conocido. La subida desde el pueblo a la Bassa de Oles acentúa la sensación de vuelo sobre el Valle. La torre de su iglesia es la última construida en la Val de Aran pero eso no importa, quizá iba para faro, tal vez de puesto de vigía.






Barranco des Comes
 Subiendo hacia la Bonaigua, Arties es la puerta de entrada a Valarties, límite norte del Parque de Aigües Tortes y la silueta agreste del Montardo invita a la caminata hasta la Restanca pero hoy venimos a descubrir las huellas de la riada de junio. El pueblo se recupera pero todo indica todavía la tragedia y vemos muchas puertas y ventanas abiertas a la curiosidad  buscando secar sus paredes. En Urtau, la primera taberna que conocí en el Valle, muchos años atrás, las tapas se amontonan como una ofrenda, como siempre, y el dueño nos enseña donde llegó el agua en la barra. Los restos del castillo y la iglesia románica, gótica, de Santa Maria, necesita de un euro para ser visitada y lo depositamos en un cestillo para ver su retablo, no importa el precio de la entrada. El Arte ya no es gratis en las iglesias como tampoco lo es el perdón que sermonean. Duros tiempos para la teología.



Santa María de Arties  XI-XIII


Retablo gótico  XV

Murales sobre el Presbiterio

En pleno bosque de Baricauba hay un lugar de reposo para las familias con cuidados asadores en los que se puede hacer fuego. Es un claro en el bosque al que llaman el Plá de Batallé. En la humedad de la penumbra se puede oler el delicioso aroma de la carne asada o el fétido asomar de un Falus Impúdicus que atrae en su prepucio vegetal a las moscas verdes de la mierda. Cuestión de suerte. Esta mañana fue la seta nauseabunda la que agredió la pituitaria. Buscamos setas, algún temprano Lactarius salmonicolor, varios Cantarellus Cibarius, un gran ejemplar de Tricoloma Portentosum y muchas Russulas. El bosque sin saberlo, se ha adelantado al otoño. Una colla de burros platerescos comentan que les gusta mi carro y hay uno que se excita con las llantas relucientes, nos quieren comer en la mano pero no llevamos comida para darles y se empeñan en seguirnos como burros obstinados. Al final nos vamos sin volver a mirarlos.




 La torre de vigilancia de los bomberos de Vielha nos advierte que no existen secretos para ella, que lo ve todo, y el Riu Nere no sabe quitarse las escamas de piedra que lo cubren desde la última riada. Hay mucho ocioso con deportivas recorriendo la larga avenida, calculando el precio de la caña en las terrazas con toldo, es verano, especial, como siempre, en Era Val D'Aran.



fotos E.Mateo