jueves, 14 de marzo de 2013

PINTANDO LA MAGIA DEL PAISAJE. PILAR LONGAS


Licenciada en Bellas Artes por la Universidad de Barcelona

   Exposiciones individuales• 1991   Sala de Exposiciones Camilo José Cela, Zaragoza
• 1992   C.M. San Raimundo de Peñafort. Barcelona
• 1993   Bar Bonanza. Zaragoza
• 1994   Café galería Picasso. Logroño
• 1997   Biblioteca de Aragón. Zaragoza

• 1998   Sala de Exposiciones Camilo José Cela. Ejea. Zaragoza
• 1999   Sala de Exposiciones de Ibercaja. Torrenueva. Zaragoza
• 2000   Casa de Cultura Villa de Tauste. Tauste. Zaragoza
• 2003   Galería Itxaso. Zaragoza
• 2004   Asociación La Lonjeta. Uncastillo. Zaragoza
• 2005   Castel Ruiz. Tudela
• 2009   Sala 4º Espacio. Zaragoza

* 2012    Galeria Kalón. Tudela

Además de participar en otras tantas exposiciones colectivas, en 2002, 2004 y 2007 participó en dos cursos de la U.I.M.P con el pintor Antonio López, así como en 2005 en el Museo Muñoz Sola de Tudela.


Profesora de la asignatura de Dibujo en Instituto de Segundaria Obligatoria 11 cursos
Profesora de Dibujo y Pintura del Taller de Pintura de la Casa de Cultura Villa de Tauste 


                                                            S



Su pintura no se encierra en la tradición del paisaje realista, discurre por las señas mágicas de su admirado Antonio López y elige un escenario natural que trasciende.

Utiliza la técnica de óleo sobre lienzo o sobre tabla y el formato panorámico en sus obras, consiguiendo expresar las sensaciones que desea transmitir, paz y calma.

Interpreta desde su visión personal y subjetiva los paisajes. El óleo es el vehículo empleado para significar ese escenario real, casi fotográfico, cuyas coordenadas topográficas son ciertas, no imaginarias. Este paisaje trasciende y su soledad estremece; en él, el ser humano en su insignificancia no puede hacer mella. Se observan los signos de la acción del hombre, por ejemplo, los campos labrados, pero nada puede el ser humano contra la grandeza de la Naturaleza. La visión de la artista planea a vuelo de pájaro y convierte al espectador en un ser insignificante, en la hora del crepúsculo.

La dimensión de lo sublime marca la pintura de su obra y contagia al espectador de un renovado espíritu romántico. Son paisajes para el arte, paisajes para el pensamiento y la imaginación.





















 



                                                         



En los primeros días de Abril podremos contemplar de nuevo los paisajes de esta singular artista en Zaragoza. Será el día 10, en el Espacio Cultural Adolfo Dominguez.

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