lunes, 3 de octubre de 2016

EL BOSQUE DE CARLAC. REPORTAJE FOTOGRÁFICO EN LA REVISTA EL CLIK 14






Carlac

Sobre una mullida alfombra de hojas secas, los pasos se amortiguan para no romper el sueño inmemorial que cubre el bosque. Es el silencio acaso un estremecimiento; la calma se cuelga de las ramas de un reloj de sol inalcanzable que vive allá en las copas. En penumbra, con la luz teñida de umbrías y contrastes, el hayedo de Carlac lleva directamente a una naturaleza que guarda todavía tantos secretos.
Desde el municipio de Bausén, en el Baix Arán, muy cerca ya de la Occitania francesa, parte una senda que bordea los riscos sobre el valle  del río Garona, que pronto cambiará de cuenca y llega impetuoso desde el sur. Un repecho severo es el precio de la entrada al mudo encantado, y cuándo Carlac nos permite el paso, quedan atrás todas las cosas. Aquí, la tierra fue y aún lo es. El paso del tiempo se asoma en estos viejos troncos  de equilibrio inverosímil y por un momento hablan el lenguaje de la brisa, y cuentan sus cortezas de la pasión del musgo y de la resurrección en sus ramas. Gigantes anclados en la hondura  mineral  que esperan pacientes un destino tan largo como lo vivido.

                                                                            E.M.
















Fotos: Eugenio Mateo.
Publicadas en El Clik nº 14
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