martes, 1 de septiembre de 2009

TODO TIENE CONTINUACION

Como dice el título que doy a esta reentré, nada acaba y nada empieza, pues el tiempo es solo una noria que gira con la inercia, ajena a nuestras ganas de controlarlo. No entiendo, llegados a este punto, esos famosos síndromes post vacacionales que causan depresión, incluso y según algunos, caída de la libido y de lo que la engorda, pero en fin, todos quieren tener razón y no seré yo quien dude de las estadísticas, a pesar de que a veces las manipule, como todo hijo de vecino.
Que se acaban las vacaciones, pues "non ti preocupare", lo que viene puede ser mejor o peor, según lo negocies, pero seguro que diferente. Ya me diréis qué ventajas tienen los días tumbados a la bartola si no es para engordar los miembros y embrutecer el gesto. Que me convences que la ausencia de preocupaciones es salud en cuentas a largo plazo, te lo aceptaré, siempre que tú me aceptes que no hacer nada no es sinónimo de felicidad, quizá lo sea de aburrimiento o incluso de renuncia, aunque no espeto a la multitud mi sarcasmo sino que reconozco que no hacer nada es una pasada, simplemente porque es imposible.
Soy, al fin y al cabo, un humilde mortal y también me hago ilusiones de que las vacaciones son buenas por sí mismas pero no me engaño con sadismo cuando pienso que las únicas vacaciones buenas son aquellas que se disfrutan con la mente y no con el cuerpo y para eso, queridos mios, no hace falta disfrazarte de hortera con sandalias.
Bueno, que he estado de vacaciones, como casi todo dios, y ha habido de todo, buenas reuniones con amigos bajo el manto protector de la Naturaleza, comidas en las que se degusta más que se ingiere, siestas apoteósicas, retos salvados con honor y momentos de dulces arrumacos con mi pareja, dolores en el alma por la salud, de cristal, de mi madre, regresos inesperados, calores para odiar y sudar, miradas al cielo cargadas de protesta, temor a la realidad del cambio climático, esperanzas en nuevos proyectos.
Ahora a continuar, con el único objetivo de no ser arrollado por el tren de la vida, y con el mismo talante de estar de fiesta, en la acepción pura de fiesta, festejo, celebración. Torearemos astifinos o mansos, pero cada toro que me suelten, tendrá que ser estudiado para ver por donde derrota.
Os iré contando cosas acontecidas en este periodo, que lamento recordar por lo insano de su fiebre que me ha hecho sudar y voy a empezar a tomar clases de superviviencia en terrenos asolados, que el que avisa no es traidor, y el clima lleva tiempo que ha dejado de ser traidor, aunque nos duela y nos queme la piel a los blancuzcos como yo.
Bien hallados

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