domingo, 20 de diciembre de 2009

ES NAVIDAD ( again)

Y LLEGAN LAS NAVIDADES (otra vez)



Aunque lo tengo terminantemente prohibido, me he mirado esta mañana en el espejo y aparte del rechazo natural a mi propia decadencia, me ha parecido que asomaba sobre mi cabeza un capuchón rojo, igual que el de Papa Noel, que me daba un aspecto de vendedor de dvd´s ilegales por estas fechas o el de un hombre anuncio sentado en un trono hortera y cutre, recibiendo cartas de los niños que van a los centros comerciales con sus papás para este menester y de paso comer en un buffet libre regentados por orientales taimados y enriquecidos con nuestra estupidez.

He llegado a la conclusión que la navidad está cerca y aunque este descubrimiento solamente conlleva mi gran desbarajuste cronológico, lo peor ha sido percatarme de que no me puedo escapar a ella y eso me ha producido un gran disgusto, tanto que me he pedido formar parte de una asociación que recluta descreídos como yo en la gran red de “feisbuc”, aunque este gesto testimonial no consiga arrancar el susodicho gorro, que como a modo de uniforme, todos llevamos en estos días, tal vez para calentarnos las ideas que se reblandecen convenientemente bajo su lana o para enviarnos mensajes mutuos cifrados en un código que solamente conocemos los afectos a la “tontez” de baba.

Que lástima me doy, porque desde que tengo raíz de mi memoria, siempre he sentido las mismas alteraciones fisiológicas y emocionales, desde el momento en que el Sistema empezaba a bombardearnos con “Buenísmo” a toda la sociedad, con procedimientos que han ido ganando en eficacia y perdiendo en sutileza, y llegaban mis crisis de melancolía y abandono a tal nivel que me convertía en un ser asocial, introvertido, rencoroso, provocador, naufrago de afecto en mares de amor sin consistencia, extranjero en mi tribu, pecador sin redención entre conversos de turrón y marisco.

Y siento que no he aprendido nada, pues no remiten mis crisis sino aumentan, aunque ya renuncio a dinamitar la basílica en mis sueños y acabo hasta entendiendo a esas buenas gentes que se creen mejores a la carta, pues es tanta la presión, que se necesitan héroes, cuando serlo es sólo cuestión de arrestos y la valentía ha demostrado ser tan inútil como improductiva, que realicen Autos Sacramentales para autoinmolarse en piras a la vista de todo el mundo con todos sus regalos, belenes, muérdagos, guirnaldas, bolas brillantes, lazos, tangas rojos, Noeles colgados de los balcones, discos de villancicos, frases desquiciadas, deseos de mentira, bogavantes de Terranova, angulas de plástico, caridad de pasarela, risas de cloroformo, mezquindad de raso negro, balidos de cabritos sin destetar.

Hogueras de vanidades que duran dos semanas, con combustible de carencias aparcadas y sumisión devota a un poder desconocido que nos sumerge en su Martini seco y nos pela como a las gambas rojas se las pela, con los dedos, aunque estos dedos no estén limpios, pero nunca el disimulo fue estrategia para el que todo lo puede y Poder es tener acceso a las mentes para desnudarlas de su propia esencia y hacer de nosotros simples elementos de estadística, aunque en estos días hasta los datos llevan música de fondo del tamborilero.

No os deseo felices fiestas porque cada uno llevará su fiesta como quiera e incluso lo pasará tan bien que hasta lo recuerde, pero sí os deseo que cuando se haga balance del tiempo que se va, os salga positivo y por supuesto que el tiempo que llega, tenga por lo menos, sorpresas agradables, pues el margen que tenemos cada día es más estrecho, y las cosas pequeñas cobran dimensión porque son nuestras, las únicas que no nos quitan algo sin consultarnos. Y por favor, si queréis tener felicidad, buscarla en otras fechas; en éstas hay overbooking de aspirantes que han agotado el cupo.


Eugenio Mateo Otto.
diciembre 2009

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