sábado, 17 de julio de 2010

TIERRAS DE FRONTERA. Ribagorza Oriental

Embalse de Barasona.


Embalse de Barasona y al fondo Los Pirineos



Torres del Obispo


Torres del Obispo. rincón urbano


Torres del Obispo. Panorámica foto Eugenio Mateo



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Vamos a recorrer, en sucesivos pasos, la RIBAGORZA ORIENTAL, tierras de frontera en las que desde siglos, sus poblaciones, valles y montañas han sido objeto de luchas, guerras y anexiones por su situación geográfica y orográfica y cuya mezcla cultural le otorga una histora única que continúa hasta nuestros días, conformando La Franja, conjunto de comarcas aragonesas en las que se habla catalán. Como la zona más oriental de la provincia de Huesca, son bastante desconocidas para el común ciudadano aragonés, incluso apetencia, para algunos,de engrosar unos sibilinos mapas que con descaro llaman, desde ciertos organismos, Paisös Catalans.




En este caso, que en esta zona se hable el catalan ribagorzano no debe escandalizar a nadie ya que la tradición así lo ha configurado por el alejamiento físico de la capital de la provincia; el aislamiento administrativo les dejó, durante muchas épocas, abandonados a su suerte y obligados a acercarse a centros de la provincia de Lérida, cómo huérfanos de madre. Habla mucho de su temperamento que a pesar de todo esto, sigan sintiéndose aragoneses, con mestizaje cultural pero hijos de una historia esplendorosa; al fin, fronterizos, con todo lo que eso acarrea.




En otras entradas anteriores, hablamos del Condado de la Ribagorza como el último que entró a formar parte del Reyno de Aragón, por tanto no volveremos a repetir su desarrollo histórico.




Dejaremos atrás el gigantesco embalse de Barasona, que festonea los arrabales de Graus por el norte y nos dirijimos hacia el oriente. A pocos kilometros nos saluda TORRES DEL OBISPO, con la Basílica de la Virgen de la Peña dominando su conjunto. Esta población fué originalmente lugar donde el clero del obispado de Graus se asentó, ampliando las explotaciones agricolas al servicio del Bispo. Su basílica se terminó de construir en 1538. Para dejar constancia de la despoblación de esta zona, en 1996 habían censados 3.300 habitantes. En nuestros días son 197.


A constatar su importante mercado anual de la trufa. El inmenso "lago de Barasona" rinde sus aguas casi al pie del caserío.




Continuamos nuestro paseo.




fotos de E. Mateo

Julio 2010









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