El Río Ebro a su paso por Zaragoza, mantiene unos bosques en galería o de ribera en los que la vegetación riparia sobrevive por la humedad del suelo. Estos bosques, también llamados sotos, están formados por Sauces, Alisos, Chopos,Fresnos, Olmos,Tamariz, Espadañas,Juncos, Carrizos, Cañas, Saucos,etc, que por su frondosidad crean unos espacios salvajes con un halo de atmósferas cerradas e intrincadas a pocos minutos de nuestras casas. También la fauna es variada, pudiendo ver en su habitat a Cormoranes, Cigueñas, Gaviotas, Urracas, Garzas y Garcetas, Zorzal, Buitrón, Cernícalo, Mochuelo, Estornino negro, Escribano, Fochas comunes, Azulón o Anade Real, Cangrejo, Rana, Culebra de escalera, Polla de Agua, etc. y todos los peces que de una u otra forma les sirven de alimento
Con un recorrido de 2,5 km, podemos caminar a lo largo de la orilla por unos bosques en los que los árboles y arbustos toman formas caprichosas, merced a las avenidas y crecidas de este rio, Padre Ebro. Los sonidos de la ciudad llegan hasta ellos, conformando una curiosas mezcla en el fondo impreciso y oscuro del follaje.La naturaleza parece dormida bajo el calmado trascurrir de la corriente.
texto y fotos. E. Mateo
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