miércoles, 19 de junio de 2013

LA SOLEDAD. ARTÍCULO DE OPINIÓN EN EL POLLO URBANO 136 JUNIO



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La soledad / Eugenio Mateo

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Nace con nosotros y se inmola en el último suspiro que exhalamos. Durante la vida nos araña la mirada, oculta en el íntimo rincón del pensamiento y la tememos en la misma medida que la buscamos a pesar de que el ser humano sea sociable y necesite de los demás para afianzarse ante las propias dudas de sentirse vacío.
 La soledad permite ser asumida pero también es una losa que aplasta sin piedad. Cara y cruz de un sentimiento que nos acompaña, como ésa sombra que se prolonga más allá de nuestra figura para decirnos al oído que no estamos solos al fin y al cabo. Es el reducto del pensamiento más profundo, el prado de la inspiración, y a la vez cárcel de la autoestima, abandono y desesperación. El silencio es su voz, que habla por dentro  sin esparcir  sonidos. Soledad y silencio como premio o castigo, como decisión o imposición, como renuncia  del querer o pérdida del tener. Borges dijo: -Estoy sólo y no hay nadie en el espejo-  ¿Ironía de un solitario o sobresalto de un escéptico?
Los poderes, fácticos o de sufragio,  se empeñan en que todos  nosotros vivamos, suframos y sintamos al unísono con sus consignas/ ocurrencias  sin importarles las consecuencias finales que curiosamente reducen  al ciudadano a una soledad gris que sólo quiere supervivir. Se cuenta de la soledad del Poder pero habría que aclarar que es  una táctica de distanciamiento de la realidad para no tener que compartirla. Desde la Torre de Marfil las cosas se ven distintas, tanto como para desfigurarlas  hasta hacerlas irreconocibles desde un aislamiento pretendido para crear distancias; asocian una sociedad sacrificada por decreto  con  la soledad colectiva que la carcome   pero saben  que el hombre más fuerte es el que está más sólo. Un hombre solitario puede ser una bestia  o un ser en calma pero  el hombre ausente es  capaz de un espíritu elevado o de la más cruel agonía.
La soledad es víctima de sí misma cuando se pretende usar  como refugio para protegerse de los demás; es entonces cuando no hay barreras suficientes de autodefensa en un entorno que lejos de acompañar en el viaje del acontecer diario, muestra su verdadera cara de hostilidad enmascarada en buenas palabras y peores acciones. No nos engañemos, contra  los congéneres no hay  solución, mienten, conspiran, disimulan, especulan, siempre como lo hace el enemigo, a traición y alevosía. Buscar el remedio en la oscuridad de nuestros cados sólo consigue demostrar lo insignificante de nuestra identidad y lo más grave, que somos depredadores como consecuencia del abandono de la autentica soledad que nos hace reflexivos y menos miserables.
No quedaran paraísos que soñar si no sabemos elegir  la soledad que nos acompañe como una amiga fiel o a lo sumo discreta.

1 comentario:

  1. Es una reflexión que invita a pensar. Aún el hombre más miserable no está solo del todo. Siempre habrá alguien que se acordará, aunque sea mal. Cuando veas a una persona que parece solo, el hecho de mirarlo ya le acompaña. Pero si quieres realmente acompañarle un solo saludo, ¡basta!

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