En el Valle de Liébana, a los pies de los Picos de Europa, se encuentra, a sólo 24 km de su capital, Potes, el paraje natural conocido como el Circo de Fuente Dé, a los pies del Macizo del Parque Nacional y en el que nace el Río Deva, que da nombre al Parador Nacional de Turismo que allí se levanta. Este extraordinario lugar es posiblemente, uno de los más visitados de todos los Picos de Europa y probablemente de España. Parte de aquí un vertiginoso teleférico de 753 metros de desnivel que es capaz de transportarnos desde los 1094 m de su base hasta los 1847 m del Mirador del Cable, en tan sólo 2 minutos.
La mañana de nuestra llegada desde Potes era espléndida; lucía el sol y todo eran presagios de una jornada de otoño suave y calmado. Desde el Mirador del Cable parte una pista, apta también para 4X4, que asciende en pendiente todavía amable hacia la Horcadina de Covarrobres a 1925 m. El recorrido transcurre, tras pasar el collado de Juan Toribio, por los puertos de Aliva, inmensos praderíos en los que los pastos se usan, desde tiempo inmemorial, comunalmente por los pobladores ganaderos de Espinama(Cantabria) y Sotres (Asturias). Aquí se encuentran el Chalet Real, donde Alfonso XIII cazaba rebecos, y el Refugio de Aliva. Pero volvemos atrás, hasta la bifurcación en la que desde la pista, aparece un sendero que nos llevará hasta El Collado de Horcados Rojos, nuestro destino fijado para contemplar la cima del Urriellu o Naranco de Bulnes, que es su nombre más conocido.Estamos en la Vueltona, el sendero ya es más exigente y el tiempo está cambiando; se acercan nubes y el viento gana fuerza y trae la caída de la temperatura. Con la Peña Vieja a nuestra derecha ascendemos con la vista de Peña Olvidada a nuestra espalda, para vislumbrar a lo lejos un brillo que refulge como un espejo, que no es otra cosa que el pequeño refugio de Cabaña Verónica, que aún parece más pequeño ante las crestas del Pico Tesorero, que lo cobija. El que este refugio brille no tiene ningún secreto pues en definitiva es una torre artillera de un portaaviones americano que se desguazó en unos astilleros cántabros. ¡Quién le iba a decir que acabaría convertida en el refugio con guarda más alto de la peninsula!!!
Hemos visto pequeños lagos de montaña, los Pozos de Lloroza, y ahora ya podemos distinguir claramente la Cabaña Verónica a la izquierda. Estamos en el sendero que cruza un terreno pedregoso e inhóspito de nombre los Hoyos o Jous sin Tierra. El collado de Horcados Rojos está en medio de Peña Vieja, la cima más alta de los Picos de Europa, 2.613 m, y La Torre de Horcados Rojos de 2.503m.por un lado y el Pico Tesorero. De repente, nos zarandea un viento agresivo y fanfarrón que nos pone tiesos los pelos de las piernas. El chubasquero es poca defensa y en la mochila de ataque no hay gran cosa, salvo los prismáticos que la niebla convierte en inútiles. Yo puedo aguantar pero a Sofía, este cambio le pilla de improviso y quiere volver. Intento gritar para darle ánimos pero el viento me sofoca, falta poco, muy poco, para la recompensa. Agarrándonos a las rocas, cuidando de no perder pié, llegamos a la escasa planicie del collado y ahora sí, la silueta vertical del Arriellu asoma entre las nubes que corren a toda la velocidad hacia las tierras de Castilla. El tiempo justo de una foto que le pedimos nos tome a un compañero de sendero, que va mejor protegido que nosotros, y volvemos deprisa a descender por la glera porque seguro que en un momento se pondrá a ventisquear. Estamos en la Cordillera Cantábrica y aquí las bromas son de veras. Confíamos en que todavía podremos tomar el último teleférico, si no, me veo pidiendo litera en la antigua torreta del portaaviones.
texto y fotos Eugenio Mateo
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