¿POR QUE ESCRIBES?

Hay veces que se nos hacen preguntas que obligan a reflexionar y damos respuestas de alborotado silencio, que precede a la íntima sospecha de nuestra propia pérdida. Es entonces cuando nos damos cuenta de que no nos conocemos; de que no vivimos en el mismo piso del cerebro. Nos buscamos. Nos buscamos en la sensación de que casi ocupamos el mismo plano pero una simple pregunta puede desencadenar el derrumbe de la realidad particular que nos separa, que al fin y al cabo está compuesta de quimeras.

-¿Por qué escribes?- me preguntaban hace unos días. Yo mismo me lo pregunté en un instante después y lo he seguido pensando en el devenir de los minutos aunque quizás la respuesta habita más arriba, en ésa sombra que espía lo que sueño.

¿Seré de los que creen que la vida es un trayecto por ciudades en obras?

¿Seré de los que adivinan lo que esconden las palabras detrás de sus palabras?

¿Seré de los que piensan que las ideas brotan espontáneas enlazándose, como en una cópula, con las palabras?

¿Será mi intención hacer girar el torno y moldear una vasija donde guardar la esencia de las cosas; la esencia destilada de una sílaba, de una palabra, de una frase?

No quiero tejer historias posibles, no existen. Todas las historias son imposibles, de lo contrario no podría lamer la gota de la secreta locura que convierte a la razón en pista de despegue para las cometas que vuelan en mi mente.



©Eugenio Mateo