Evangelio
Hora de comer
sin título
Lobo feroz
Mártir
Nos bombardean
Rezando
el Rostro de Jesús
sin título
sin título
TREN
Ven consolador
Te doy mi corazón
La cena
En el mundo inacabable del Arte existen criaturas que apenas son visibles; moradoras de santuarios que no tienes focos; almas en peligro de extinción. Artistas con fotofobia, mentes febriles que no dejan de derramarse en lienzos imaginarios, brazos armados de razones que se proclaman en la rabia de cada pincelada.
Leticia Hidalgo es una de esas raras especies. Como un tritón, nada en su propio manantial donde el agua es pura; transparente hasta el punto de no poder recordar su color. No desconfía de las sombras que teje la fuente porque la protegen. Es mimética de puro sincera. No usa palabras, son grafitis, en ellos se encierran las verdades sin ambajes. Las ganas de gritar de su memoria. Cuentas sin cuadrar. Cuadros sin ablaciones.
Pertenece a la generación de los sobradamente preparados. Es licenciada en Bellas Artes, además de ser de Cuenca, ciudad sobradamente preparada para el arte. No habla mucho pero mira bien, como los que no quieren perderse detalles, con unos ojos que no tienen cortinas.
Su pintura puede provocar cáncer de escrúpulos. El día 1 de marzo podremos comprobarlo.
Eugenio Mateo
E.C.A.D.
fotos E.Mateo y Leticia Hidalgo
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