EN MI PECHO
EL AIRE HIERE CON CUCHILLOS DE HIELO.
PODRIA SER EL UNICO HABITANTE DE ESTE MUNDO
O UNA REMOTA ESTRELLA DEL ESPACIO,
PERO NADA IMPORTARIA MÁS QUE EL ROCE DE UNA MANO
O TAL VEZ EL VUELO CLANDESTINO DE UNA VOZ.
TENGO TANTO FRIO
QUE LA REALIDAD SE HIELA EN LA MIRADA
CON CARAMBANOS DE AUSENCIAS.
CUANTO DESEARIA RECORDAR QUIEN FUI ACASO
ANTES QUE EL INVIERNO CAMBIE DE COLOR LA LUZ
PARA DAR NUEVAS SILUETAS A LAS SOMBRAS,
AHORA QUE MAS NECESITO RECORRER UN NOMBRE
EN EL QUE COBIJARME.
BAJO EL RASTRO HIBERNADO DE UNOS DEDOS
SE OCULTAN AÑORANZAS DE ESTIAJES
QUE MIS PASOS PRESIENTEN TAN LEJANOS.
Eugenio Mateo
fotos Teo Félix
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