Pilar nos recibe en su casa y a través de pasillos Galeria donde cuelgan de las paredes cuadros propios y ajenos, llegamos a su Sancta Sanctorum donde se nota una intensa actividad, anunciada con el fuerte olor a trementina y cuadros en su caballete pendientes del último retoque. Está trabajando porque quiere traer al E.C.A.D., donde expondrá en febrero 2011, obra nueva, que demuestre al público que a pesar del silencio o del cambio de los pinceles por la pluma, Pilar está en vela y que no ha dejado de pintar, que no lo ha hecho nunca, pero es consciente que su personalidad encontró un vehículo para mostrarse, que le da el anonimato desde las páginas o desde la linotipia sin tener que enfrentarse al lienzo que todo lo enseña sin permitir secretos.
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Pilar produce en mí un mar de sensaciones. Por un lado, una incansable curiosidad por saber dónde reside el magnetismo de las miradas, que vagan por las telas en busca de otras miradas que puedan comprenderlas. Una manera de compartir el paisaje de Aragón, que en sus cuadros aflora sin concesiones, dando al color lo que cada pincelada significa. Una indeterminada desazón ante sus caras, ninguna alegre, casi escépticas, con un rictus de amargura que sólo ella conoce. Una sentida admiración ante su prosa, capaz de hacer perder a un tipo entre el anticiclón de las Azores. Una alegría de ver su voluntad de hierro forjada para el entusiasmo y la entrega. Una sorpresa inacabada ante su versatilidad (me enseñó una serie de dibujos eróticos sado masoquistas que harían palidecer de envidia a los mejores creadores de comics para adultos). Suspicacias ante alguna reacción donde asoman quizá fustraciones y represiones. La capacidad de recluirse tras las tapias de su universo con autosuficiencia. Su rechazo al halago. El escepticismo necesitado de dogmas. Su complejidad que la hace ser muy buena en todo lo que emprende. Un miedo sutil a ser herida. El orgullo de ser mujer.
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Tormentas de sensaciones que me llevan dentro de sus pinturas.
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Una de las mejores artistas aragonesas, pertenece a esa generación de pintoras que lucharon por guardar su identidad en un panorama casi monopolizado por los hombres, demostrando que el arte no entiende de sexos. De largo y exitoso curriculum, su reentré dará que hablar.
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En los enlaces del blog, teneis la entrada a su web. Visitarla es un lujo.
PILAR AGUARON. Pintora y escritora
texto y fotos de Eugenio Mateo
Creo que has logrado reflejar muy bien la personalidad arrolladora de esta mujer pintora, pero, sobre todo, su alma libre.
ResponderEliminarUn abrazo,
Anabel