Este poema está dedicado a los amigos que se han ido parando por el camino y a los que les seguiremos guardando su lugar, por si regresan
En las otroras compactas oleadas
de aguerridos jinetes como fuimos,
el fuego graneado de la muerte
va dejando huecos sin relevo
y la esperada carga a galope
acabará condenada al épico desastre,
con tantos camaradas a los que la suerte
eligió para sembrar de recuerdos
su postrer memoria
Pocos acabarán acudiendo a la llamada
para vencer las dudas de avanzar
o los temores de dura resistencia
y terminaremos siendo un ejército obsoleto,
carne de cañón, pólvora mojada
en el que las referencias ya no servirán
de nada en el único Archivo
Nos van dejando solos,
irremediablemente solos
con las miradas extraviadas
en los saludos sin manos tendidas,
con los cuerpos rotos al fin
por el tiempo implacable
y seguiremos cargando contra el enemigo
que espera al final de la inútil cabalgada
nuestra derrota sin condiciones.
AUSENCIAS
E.Mateo Otto. 09
Genial Maese Mateo, en tu línea... No pares, da alas a la creatividad...
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