miércoles, 29 de septiembre de 2010

LA BAL DE CHISTAU. SOBRARBE III






















VALLE DE CHISTAU



El Valle de Chistau o de Gistaín en castellano, mantiene como pocos en el Pirineo, las tradiciones que le han dado su personalidad a través de los siglos, por la simple circunstancia que hasta los años 30 del siglo XX, no había acceso por carretera, lo que preservó su cultura y modos de vida seculares, de los cambios que en otros valles tuvieron lugar por el normal tránsito de paso, invasiones incluidas.

Todos los pueblos que forman el conjunto del valle como unidad geográfica y etnográfica, conservan intactas tradiciones como los canavales, la falleta de San Juan, los bailes y trajes populares, la arquitectura tradicional, la artesanía popular y el dialecto aragonés de esta zona, como es el Chistabín. En su perímetro se encuentra el Parque Natural del Posets-Maladeta, del que hablaremos próximamente.

El Valle saltó a la fama en el resto del mundo por la famosa caravana de mujeres de Plan, iniciativa de un grupo de hombres del valle para impedir que la despoblación ganase terreno, que no se les ocurrió otra ídea que la de lanzar un llamamiento en busca de mujeres con quien  formar parejas y así asegurar el nacimiento de nuevos chistabinos. Casualmente este año se ha celebrado el 25 aniversario de aquel suceso que aportó estabilidad y que siempre acompañará a la memoria colectiva.

Los pueblos de la Bal son, Plan, San Juan de Plan, Gistaín, Serveto, Sin, Señés y Saravillo. Las fotos que acompañan son una muestra de la arquitectura de la zona, en la que podemos encontrar viejas casonas del siglo XVI, algunas verdaderas torres defensivas, como las de los Tardan o Rins en Gistaín. En la actualidad, el turismo aporta a la economía zonal sus ingresos mayores y podemos comprobar la estupenda oferta de casas rurales. Quiero destacar a Casa Lucía, en Gistaín, donde el esmero hacia el cliente se complementa con una cocina tradicional, en la que verduras, setas, carne, caza y repostería, todo de "casa", forman una oferta difícil de rechazar. Los propietarios disfrutan, en el sentido más riguroso, viendo al cliente disfrutar.

Cada uno de los pueblos tiene su peculiaridad por lo que es necesario visitarlos todos sin prisa, pues nunca se sabe donde saltará la sorpresa, porque haberlas, haylas.

texto y fotos de Eugenio Mateo
LA BAL DE CHISTAU. el Valle de Gistaín.




 

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